En el ojo de la fama

AutorGamaliel Luna

Todo empieza con aquel ojo con voz que multiplica su iris, llamado cámara de televisión por cada rincón, volviéndose así, omnipresente. El dueño de ese globo ocular es el cíclope Big Brother, perteneciente a la raza de los "reality shows" que se come a millones de televidentes.

En Televisa con Big Brother, los "reality shows" pasan de monstruos a ser los que abren las puertas a la nueva televisión mexicana, y nace la versión VIP para artistas, Operación Triunfo, Pop Stars y La Academia, el único que produce TV Azteca, pero que le come el mandado a su símil de la competencia.

Como espiar a alguien por el ojillo de la cerradura, pero de manera legal, los "reality" son programas sin guión, en los que los personajes no deben ser actores y realizan sus actividades vigilados por una o más cámaras que transmiten sus imágenes al aire y en tiempo real.

Los antecedentes de esta forma comercial de espionaje se dan en la literatura, cuando en 1948 el inglés George Orwell escribió "1984", novela en la que aparece el nombre de Big Brother, que más que Gran Hermano era el dictador de una sociedad futurista, a la cual controla durante las 24 horas por medio de cámaras y micrófonos instalados en los hogares y calles.

Big Brother, que es probablemente el "reality" más famoso en el mundo, trae sus cartas de presentación desde Europa, cuando años atrás arrasa con el rating en España, Bélgica y, sobre todo, Holanda, país donde nace de la imaginación del productor John De Mol.

El preámbulo en México es El Inquilino, "reality" producido por Telmex y Argos Comunicaciones, transmitido en la página de internet Zoom.TV, y en el que Heidi y Estela, junto con otras cuatro compañeras, viven en un departamento durante algunos meses con 16 cámaras y 37 micrófonos, que alimentan la pupila de los cibernautas, en mayo del 2001.

Pero tal vez porque las imágenes no alcanzan gran difusión, el programa revoluciona, pero sí deja la advertencia de lo que desataría esta corriente que tiene como costumbre ver lo que una persona, como cualquiera, hace y deshace con su vida, segundo a segundo.

La nueva fórmula de la televisión mexicana comienza el domingo 3 de marzo, cuando seis hombres y seis mujeres se "enfrascan" en una residencia que en vez de adornos en la pared tiene 40 cámaras y 60 micrófonos que vigilan día y noche a los inquilinos, que tienen el reto de vivir ahí por 106 días y la meta de obtener un premio de 2.5 millones de pesos.

Apenas abrir la casa de Televisa y Endemol...

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