OJO CLÍNICO / Estrés sexenal

AutorEnrique Goldbard

Hará un poco más de un par de años (19/09/10) mencionábamos en esta columna algunas de las manifestaciones clínicas que sobrevienen como efecto de vivir en el estrés financiero: "Dolor de cabeza, insomnio, dolor de nuca o espalda, irritabilidad, aumento o disminución del apetito, fatiga, etcétera".

Ahora, más en consonancia con los tiempos que están corriendo en nuestro país, tal vez valga la pena comentar algo que sufrimos muchos mexicanos con los vaivenes del cambio sexenal, que más que "de terciopelo" -como algunos ingenuos afirman-, tendrá que ser, por tradición, de papel de lija. Es imposible soslayar el rol que el Gobierno y organizaciones satélites del mismo juegan como empleadores, compradores, usuarios y demás de recursos humanos y de bienes y servicios, por lo tanto será un buen número de personas quienes se debatirán en el ácido por varios meses.

Algunas preguntas que habrá que hacerse para reducir el estrés a una dimensión manejable:

¿Qué es lo peor que podría suceder? ¿Es factible que ocurra la peor situación de las que imaginamos? ¿Si es así, que tan factible es? ¿Qué tanto cambiaría su vida una situación como esta? ¿Hay algo más que pueda usted hacer para influir sobre el resultado o ya ha hecho todo lo posible?

Además, los expertos -los psicólogos, no los políticos-recomiendan algunas acciones:

·Ponga atención a la manera en la que la información afecta su humor. Si se preocupa por cada noticia o chisme que corre por ahí...

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