Ojo Clínico / Drogas juzgadas

AutorEnrique Goldbard

El tortuoso camino que va desde el laboratorio del investigador hasta el mostrador de la farmacia podría ser convertido, en poco tiempo, en una autopista más rápida, pero muy poco segura.

El desarrollo y aprobación de un medicamento es una odisea que habitualmente se prolonga por un periodo de más de ocho años, tan sólo cinco de 5 mil compuestos que se experimentan en animales llegan a ser probados en seres humanos, escasamente uno de ellos será lanzado al mercado. La aventura puede costar más de mil millones de dólares por medicamento, con la posibilidad, además, de que ya una vez empezado a ser recetado, algún hallazgo obligue a su retiro de las farmacias, como aconteció recientemente con el antiinflamatorio Vioxx, de laboratorios Merck, que fue aprobado en 1999 para ser descontinuado apenas cuatro años después ante el riesgo de provocar infartos.

Parecería conveniente tanto para los pacientes como para las farmacéuticas ahorrarse el incómodo viaje que implican las rigurosas pruebas clínicas a que son sometidas las futuras medicinas -condición sine qua non para ser aprobadas por instituciones como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés)-; sería significativamente más barato para los fabricantes, se podrían atender ciertos padecimientos con oportunidad y probablemente disminuirían incluso las primas de seguros de gastos médicos y en general la atención de la salud dejaría de ser tan gravosa para instituciones y estados.

Al respecto, en la revista Scientific American, de octubre pasado, se ventila el caso de Abigail Burroughs, quien murió a los 21 años de cáncer y cuyos abogados han construido un caso moral y legalmente muy consistente al argumentar que los derechos humanos de la joven mujer fueron violados porque no tuvo acceso a un medicamento -entonces experimental (Erbitux)- que después fue aprobado y que se emplea ampliamente en la actualidad.

Para que un compuesto pueda ser utilizado en humanos de modo experimental debe pasar por diversos estudios preclínicos (la mayor parte en animales de laboratorio) que muestren una razonable posibilidad de que la droga en ciernes sea inocua y efectiva. Los individuos...

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