OJO CLÍNICO / Epidemia naciente

AutorEnrique Goldbard

El pasado mes de enero fue reportada en la revista Annals of Internal Medicine, la presencia de una cepa (variedad) altamente resistente a los antibióticos del microorganismo Estafilococo áureo (MRSA, por sus siglas en inglés), tolerante a la meticilina, asociado a la comunidad gay de San Francisco y Boston.

La infección por MRSA, al parecer, se ha diseminado rápidamente entre la población de hombres que tienen sexo con hombres en estas ciudades, y tiene la capacidad de convertirse, en el corto plazo, en un problema de proporciones nacionales en Estados Unidos, a menos que se identifique con precisión el tipo de cepa de que se trata, para poder recurrir al antibiótico más adecuado, si lo hay.

El reporte trae memorias ominosas para quienes tienen idea del inicio de la pandemia de VIH-sida, aunque con diferencias atribuibles a una variedad de motivos: el VIH era para entonces, principios de los 80, un virus desconocido y el MRSA es actualmente una bacteria ya conocida desde hace tiempo; la medicina y la biología molecular han experimentado un progreso notorio en las últimas décadas; existe una conciencia comunitaria respecto al sexo seguro; se ha producido una especie de "proceso civilizatorio" -quisiéramos creer- en lo que atañe a la discriminación y estigma, dirigidos a cuestiones de preferencia sexual.

La mortalidad que acarrea la bacteria no es, sin embargo, menor que la del VIH-sida: según los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos, en el año 2005 murieron cerca de 18 mil personas por infección atribuible al MRSA en aquel país, mientras que por sida fueron 17 mil. Se trata, sin duda, de una enfermedad grave, de rápida evolución, de alta mortalidad y de difícil tratamiento.

En el país vecino se registraron en 2005, 94 mil 360 casos de infección grave por MRSA, la mayoría de ellos (85 por ciento) relacionados con atención médica ya sea intrahospitalaria o ambulatoria. Es decir, que hasta el momento, la mayor parte de casos de la enfermedad han sucedido en personas que son atendidas por otras razones y el contagio de persona a persona ha conformado sólo 15 por ciento de los eventos, las cosas podrían cambiar en poco tiempo si no se controla lo que parece una naciente epidemia.

El padecimiento puede...

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