El Ojo Breve / La seducción de la historia petrificada

AutorCuauhtémoc Medina

Fernando Bryce, Fundació Antoni Tàpies, Barcelona, España. Hasta 25 de julio (http://www.fundaciotapies.org)

Ante la radicalización de los conflictos del siglo 21 en torno a la emergencia del imperio americano, los argumentos del "final de la historia" de hace una década se han claramente desprestigiado. Sin embargo, es inevitable admitir que el modo en que la historia se vivió en el siglo 20 es hoy un tanto cuanto irrecuperable, por lo menos en cuanto a la ilusión de "sentido" que rodeaba a las guerras europeas, la constante confrontación de las identidades ideológicas, y la militancia artística y cultural.

Mirar hacia el siglo 20 tiene por efecto mostrarnos el grado en que ya no es evidente nuestra relación con la historia. De ahí que la práctica artística se interrogue acerca de qué clase de interacciones puedan ocurrir entre el pasado y el presente. ¿Cómo es que hemos de enfrentarnos a la extraordinaria masa de imágenes y textos del pasado, más allá de contribuir a la ilustración de los relatos simplificados que la historia que la televisión ofrece a las grandes audiencias?

Para Fernando Bryce, el dibujante peruano nacido en 1965, y del que actualmente se lleva a cabo una panorámica en la Fundació Tàpies de Barcelona, la única alternativa que la orfandad histórica deja es ahondar visual y emocionalmente en el trauma. Desde 1997 que dejó la pintura, Fernando Bryce ha venido produciendo una peculiar forma de investigación política y visual, que consiste en la remisión (o, más precisamente, re-producción) de textos, fotografías, impresos, recortes de periódicos, y toda clase de documentos de eventos históricos, que copia a mano del modo más fidedigno posible para exhibirlos en series de "dibujos" enmarcados y colgados sobre la pared, rehusando aparentemente toda "interpretación".

Con esa aparente "neutralidad", Fernando Bryce, quien ya hace algunos años vive y trabaja en Berlín, compone muestras que al mismo tiempo son archivos, colecciones documentales que al menos técnicamente parecen querer desandar a la historia, al preferir una técnica de amanuense en una época donde la cámara, el fax, la fotocopia y el scanner han hecho la reprografía una tarea inmediata y banal.

En tinta negra y gris, es decir, con un lenguaje gráfico simplificado a los comics antiguos, Fernando Bryce copia obsesivamente no sólo las ilustraciones y características gráficas de su documentación, sino el propio texto mismo, tanto lo escrito a máquina como lo...

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