EL OJO BREVE / Rezagos y liquidaciones

AutorCuauhtémoc Medina

Inventario, Museo Carrillo Gil, Revolución 1608. Hasta marzo 30

Con una regularidad inquietante, el Museo Carrillo Gil suscita a sus curadores producir exhibiciones autorreflexivas que suelen imbricar la exploración histórica de los orígenes de la colección y el cuestionamiento del rol de la institución. Si no fuera porque esta es una cadena inconsciente, hasta podría hablarse de una mini-tradición de autocrítica institucional. Estas biopsias han sido diversas: desde muestras que se explayaron acerca de las obsesiones y placeres de Carrillo Gil (Matar el tiempo, 1991), ejercicios de desmontaje académico de la colección con curadores invitados (Revisiones de la colección, a partir del 2000), hasta un compendio de muestras del museo (Origen y vocación, 2004) que conmemoraba sus tres décadas. La táctica de Inventario es ingeniosa: escenifica, comenta y decora una ocasión fundamentalmente burocrática, la revisión de los acervos, archivos y condiciones del museo al momento de ser entregado a una nueva dirección, con el que ocurre también el traspaso del legado intangible de capital simbólico acumulado, despilfarrado y vuelto a acumular. El nuevo equipo curatorial diagramó tres niveles del edificio para ofrecer una lectura del rol del museo por medio de estadísticas, exhibición de documentos, videos y fotografías, y el uso estratégico de ciertas obras de su colección. Algunas cifras publicadas son reveladoras: el 80% de los artistas exhibidos en el museo son hombres, 60% de las obras de José Clemente Orozco en manos del Estado están en el Carrillo Gil, el 80% del acervo siga siendo producto de la venta-donación original; 1991-2 fue el año pico de adquisiciones nuevas así como de exhibiciones, y la indicación de que en los últimos años decayó el número de asistentes, son elementos críticos en la visión del museo a largo plazo. Particularmente alarmante es que las obras de su colección hayan recorrido casi un millón de kilómetros en muestras viajeras, debido al abuso extraordinario que el Estado mexicano ha impuesto al acervo del Carrillo para efectos de su alocada política de exportación ideológica. Esa información puntea el despliegue de parte de los acervos para para socializar aspectos del museo que suelen estar confinados a los "de casa": la acumulación de etiquetas identificatorias al reverso de las obras, la peculiar...

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