Oídos sanos para todos

AutorPaloma Villanueva

La exposición prolongada al ruido y la degeneración por la edad son, probablemente, las causas más conocidas de pérdida auditiva, sin embargo, otros factores como la automedicación o las infecciones de oído recurrentes, también pueden afectar el rango de audición.

María Lesbia Solís, especialista en audiología, otoneurología y foniatría del Hospital General de México, y Mariana Mejía, audióloga, detallan qué factores pueden afectar la audición en cada etapa de la vida.

Infecciones riesgosas

Casi la mitad de los casos de sordera en bebés se debe a alteraciones genéticas y en el resto puede ser provocada por infecciones que la madre contrajo durante el embarazo o por complicaciones posnatales.

Un bebé puede nacer con problemas de audición si durante los tres primeros meses de embarazo la madre adquirió alguna infección viral ,como rubéola, herpes o citomegalovirus, o bacteriana, como sífilis.

Problemas como bajo peso al nacer, parto pretérmino, falta de oxígeno al nacer o ictericia del recién nacido (concentración elevada de bilirrubina en sangre), también son factores de riesgo.

"La estadística indica que hay dos niños sordos por cada mil nacimientos, pero cuando un bebé ha ingresado a una unidad de cuidados intensivos neonatales, la estadística aumenta a tres casos por cada 100 niños porque ahí hay muchos factores de riesgo más", refiere Solís.

Antes de salir del hospital todos los bebés deben ser sometidos al tamiz auditivo neonatal, que es un estudio que consiste en introducir una sonda al oído del pequeño que manda un sonido para registrar si se produce eco, lo que indica que el pequeño escucha.

¿Oye cuando le conviene?

Hay enfermedades de la etapa infantil que pueden provocar problemas de audición como meningitis, sarampión y paperas.

Las infecciones recurrentes de las vías respiratorias, que a su vez provocan infecciones de oído, también son un factor de riesgo.

"Las múltiples infecciones de vías aéreas superiores pueden condicionar pérdida de audición porque generalmente el oído se inflama y puede supurar, puede reventarse o puede acumular líquido atrás de la membrana timpánica", explica Solís.

También enfermedades características del oído como la otitis media aguda, serosa o crónica, son factores de riesgo.

Otras razones por las que un niño puede tener problemas para escuchar son malformaciones y golpes o lesiones en la cabeza y los oídos.

Algunos indicadores de que un niño no escucha bien, apunta Mejía, son la dificultad para...

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