Ofrecen cobijo

AutorEnrique Aguirre

Los tamales que preparan las Vicentinas tienen el sabor de la ayuda al prójimo.

Y el mismo calor que le ponen a este alimento, lo ofrece el hogar donde ellas atienden a migrantes en la zona metropolitana.

Este grupo de mujeres altruistas mantiene el albergue San Vicente que recibe a quienes están de paso por la Ciudad, en Agustín Yáñez 122, en La Venta del Astillero, en Zapopan; tiene cupo y camas hasta para 17 personas.

Sin falta, a las 18:00 horas abren sus puertas.

"Llegan y se bañan, comen, descansan", dijo Pachita, una de las Vicentinas.

"Ellos llegan aquí sin dinero, a veces enfermos, con mucha necesidad y nos piden si les dejamos estar aquí", comentó Alicia Canchola, otra integrante de la asociación.

A los viajeros que llegan se les puede ver con ropa horadada, con cansancio e incluso lastimados, hambrientos y deshidratados.

"La gran mayoría que anda en la calle, que viene en el tren, casi a todos los roban, los golpean y asaltan", expresó María Prado, perteneciente a la agrupación.

Cuando los migrantes llegan al lugar, las voluntarias hacen una ficha en la que anotan sus datos y el tipo de ayuda que necesitan.

Depende de la decisión de cada persona, pero hay quienes se quedan una noche o un par de días para continuar con su periplo hasta quienes prolongan su estancia más de una semana para conseguir trabajo.

También pueden cambiar su vestimenta por otra que les proporcionan las mujeres voluntarias.

Los migrantes ayudan al mantenimiento de la casa, junto con Carlos, un joven que apoya a las voluntarias y que vigila el albergue.

Para hacerse de recursos son...

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