Oficinas de Presidencia: El fracaso de la reingeniería

AutorAntonio Trejo Avila

A discapacitados, analfabetas, indígenas y migrantes. A todos, Vicente Fox les prometió en campaña atender sus demandas. Ya desde la Presidencia, la respuesta oficial llegó bajo la forma de oficinas, consejos, coordinaciones y comisiones. Toda una estructura paralela de gobierno que durante su primer año en funciones necesitó de 205 millones de pesos.

Creadas siguiendo los planes de Ramón Muñoz Gutiérrez, las oficinas de la Presidencia fueron una de las formas de "reinvención del gobierno para mejorar su capacidad", según el Modelo Estratégico de Reingeniería que el consultor diseñó para Vicente Fox durante su gestión en Guanajuato.

Fueron doce las oficinas que se crearon para apoyar las labores de atención ciudadana y gestoría social del presidente Vicente Fox. Entraron en funciones formalmente desde mayo del 2001, cuando fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el decreto que les daba vida institucional.

Las doce oficinas de la Presidencia estaban integradas originalmente por la Coordinación de Asesores de Políticas Públicas, a cuyo frente se designó a Eduardo Sojo; la Comisión para Asuntos de la Frontera Norte, a cargo de Ernesto Ruffo Appel; la Oficina para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, a cargo de Xóchitl Gálvez; la Oficina Presidencial para Mexicanos en el Exterior, asignada a Juan Hernández; la Oficina de Promoción e Integración Social para las Personas con Discapacidad, a cargo de Victor Hugo Flores; la Comisión para la Paz en Chiapas, al frente de Luis H. Alvarez; la Coordinación de Orden y Respeto, con Adolfo Aguilar Zinser; el Consejo Nacional de la Educación para la Vida y el Trabajo, para Rafael Rangel Sostmann; la Coordinación Presidencial para la Alianza Ciudadana, asignada a Rodolfo Elizondo Torres; la Coordinación de Asesores de Planeación Estratégica y Desarrollo Regional, a cargo de Carlos Flores; la Oficina de la Presidencia para la Innovación Gubernamental, asignada a Ramón Muñoz, y el Plan Puebla-Panamá, a cuyo frente está Florencio Salazar Adame.

Transcurridos los primeros 19 meses del sexenio foxista, las "superoficinas" registran ya tres renuncias, han sido señaladas por legisladores de oposición y del propio PAN por incurrir en duplicidad de funciones y falta de coordinación entre los titulares y los secretarios del ramo. En unas semanas más, las oficinas de Juan Hernández y Xóchitl Gálvez serán desincorporadas de Los Pinos.

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"El migrante mexicano tendrá un estatus de VIP, 'Very Important Paisano'", aseguró Juan Hernández luego de hacerse cargo de la Oficina de Representación para Mexicanos en el Exterior y México-Americanos de la Presidencia de la República.

Pero 19 meses después, esa oficina de Los Pinos pasará a Tlatelolco, aunque su titular no será un empleado más de la cancillería, según versiones de sus colaboradores más cercanos. La representación será fusionada con la Secretaría de Relaciones Exteriores, instancia que tiene a su cargo, desde hace más de una década, programas y proyectos de apoyo a migrantes mexicanos.

Juan Hernández se fijó como objetivos "velar por el respeto de los derechos humanos de los mexicanos en el extranjero" y "contribuir a que las remesas que envían a sus familiares, tengan un efecto multiplicador en sus comunidades de origen". Bajo su cargo también quedó la tarea de impulsar proyectos de cooperación internacional en salud, educación, organización comunitaria y negocios.

Desde que se anunció su instalación, legisladores de oposición criticaron la medida al considerar que sólo incurriría en duplicidad de funciones pues, desde 1990, la Secretaría de Relaciones Exteriores lleva a cabo proyectos de apoyo a migrantes mediante el Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior.

Con todo, Hernández integró un equipo formado casi exclusivamente por académicos y expertos en comercio exterior y trabajó para lograr que los 7 mil 300 millones de dólares que anualmente envían 8 millones de paisanos a México tuvieran "un efecto multiplicador en sus comunidades de origen" y consiguió mediante campañas de información, bajar en un 30 por ciento la comisión que cobran las compañías especializadas en transferencia de remesas.

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Los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos cobraron la vida de 13 mexicanos, por lo que la representación trasladó a familiares de seis de las víctimas a Nueva York para gestionar los certificados de defunción.

El Consulado de México en Nueva York fue criticado por paisanos por su poca efectividad para brindar ayuda e información y dejó entrever la rivalidad existente con la oficina de Hernández, misma que funcionó como un "consulado paralelo".

Dos meses después de los ataques, en Los Pinos, Hernández entregaba a...

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