Del odio al amor

Al principio odiaba la lucha libre porque a su papá le gustaba, ahora a su progenitor es a quien no le llama la atención, pero Skull Metal se volvió luchador.

El joven rudo de 26 años explica que inconscientemente terminó sobre los cuadriláteros, dada la animadversión que sentía por el deporte de los costalazos, el cual hoy define como su vida.

"Muchas personas te dirán que sus papás eran quienes los llevaban a la arena o que como su padre era luchador pues por eso están ahí. Conmigo esto no es el caso.

"Sinceramente yo aborrecía la lucha, no me gustaba, le decía a mi padre que no me parecía lo que hacían, que se golpeaban a lo loco, pero para llamar su atención me metí. Después me salió con que no le gustaba que yo estuviera de luchador, pero fue demasiado tarde ya me había enamorado de la lucha libre y aquí estoy", comentó el rufián.

Con tres años entrenando duro en los gimnasios y ahora seis como profesional, el enmascarado desea llegar a lo más alto, convertirse en figura y ver su nombre en los mejores carteles.

Sus primeras oportunidades han llegado en la empresa New Evolution Ring Wrestling, donde se prepara a los jóvenes que tienen muchas ganas de trascender. Así como también ha tenido algunas presentaciones en el Grupo Internacional Revolución.

"Me he llevado fuertes golpes, y ya le demostré a mi padre que tomé seriamente la lucha porque al principio pensó que sólo la había agarrado de puro cotorreo. Ahora...

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