Obsesión por el crecimiento

Ahora es claro que el proyecto de integración de América del Norte, que inició en los años 90 con la firma del TLCAN, y que colocó al comercio internacional como el factor de transformación de la economía nacional, dejó de tener vigencia.

Fue la llegada al poder de Donald Trump lo que rompió ese acuerdo comercial que prevaleció por décadas, pero también el propio Partido Demócrata ya había transmitido algunos cuestionamientos al modelo de integración entre México, Canadá y Estados Unidos.

Con ese escenario regional y, en lo global, con una China emergente, que compite frontalmente con la matriz exportadora de manufacturas, tanto en los mercados mexicanos como en los de Estados Unidos y del mundo, México debe entender que este cambio de época va a modificar los marcos institucionales de la integración global.

Al mismo tiempo, México vivió en el 2019 un cambio político muy fuerte, un gobierno de izquierda, que viene con una larga agenda de reivindicaciones sociales, muchas de ellas muy válidas: combate a la pobreza, la inequidad, y otras, "en donde me parece que también el bajo crecimiento económico de los últimos 30 años influyó en la convicción de que se necesitan hacer cambios importantes", menciona De la Cruz.

· NECESITAMOS CONSENSAR UNA AGENDA MÍNIMA

"Desde mi punto de vista, el objetivo fundamental tendría que ser el crecimiento económico con mayor equidad y formalización del empleo, con fortalecimiento de lo Hecho en México de forma más productiva y competitiva y con un sistema educativo de calidad como factor de movilidad social. Sin embargo, lo que observo es que todavía estamos en la discusión de estas definiciones", comenta De la Cruz.

La actual administración trae un enfoque social muy evidente, pero sus liderazgos, al parecer, piensan que los grandes objetivos se alcanzarán sólo a través del gasto en programas de asistencia social.

El IDIC considera que el papel de las políticas públicas y del gasto de inversión se está dejando a un lado para estimular el crecimiento económico, sin reparar en que la historia mundial y, en especial, la experiencia de países como Corea, Singapur, China y otros casos exitosos que han salido o están abatiendo la pobreza, muestran que el crecimiento económico es la columna vertebral del éxito.

"En este contexto, México tendría que estar trabajando en una agenda mínima, capaz de lograr la mayor convergencia de intereses, de grupos y de sectores que estuvieran de acuerdo en impulsarla. Es decir, necesitamos ponernos de acuerdo en tres o cuatro grandes objetivos con sus respetivas metas."

· LOS TRES ELEMENTOS DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO

El IDIC impulsa un mecanismo generador de bienestar social, pero con bases productivas sólidas y respaldadas por la inversión pública

En primer lugar, el crecimiento económico genera nueva riqueza. En los últimos 40 años; el crecimiento medio anual de 2.5%. Esto indica que la economía mexicana está creando muy poca riqueza y refleja claramente fallas y carencias a nivel nacional.

Aunque es cierto que existen algunas entidades federativas o sectores que lo están haciendo bien, la verdad es que son "las excepciones a la regla", ya que el desempeño general demuestra que no se cuenta con un modelo económico capaz de generar un crecimiento económico aceptable para todo el país y para todos los sectores.

Ese es el primer elemento. ¿Por qué? Porque por definición el crecimiento económico es valor agregado. "Cuando se conoce que un país "X" crece 10%, lo que eso significa es que sus capacidades de crear valor agregado y de transformación son de esa magnitud".

Detrás del crecimiento económico hay motores imprescindibles, como la inversión, que aumenta el capital físico; la educación, que aporta capital...

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