Una reflexión ética de la crisis de las finanzas públicas en el año 2009
| Autor | Miguel E. Cordero Saucedo |
| Cargo | Licenciado en Contaduría Pública por la Universidad Anáhuac y actual estudiante de la Maestría en Política y Gestión Pública en la Universidad Iberoamericana León |
| Páginas | 1-13 |
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Durante años, el manejo de las finanzas públicas fue un misterio. La información respecto a su evolución fue un privilegio reservado a unos cuantos, pertenecientes al círculo del poder, que recibía y qué repartía de forma absolutamente discrecional. En fechas muy recientes, se han logrado avances significativos en materia de transparentar las cuentas públicas del Gobierno Federal.
No obstante estos avances, todavía quedan muchas interrogantes respecto a la actuación de las autoridades hacendarias en materia de presupuestación y aplicación de los recursos públicos.
Este trabajo presenta una reflexión ética respecto a la reciente crisis en las finanzas públicas, cuyo eje principal es la responsabilidad de la Secretaría de Hacienda en la sobreestimación de los ingresos del sector público para el ejercicio
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2009, así como los efectos derivados de un pronóstico no ajustado a la realidad que se ha vivido en los últimos meses en el ámbito económico internacional.
Para introducirnos en la reflexión ética de la crisis de las finanzas públicas, este texto se basará en la fundamentación ética establecida por Xavier Zubiri, quien identifica conceptos como: el bien, el deber, el mal y el querer.
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La realidad en tanto que apropiable por el hombre, es lo que constituye formalmente el bien. La realidad es buena en tanto que ofrece unas posibilidades que pertenecen al hombre, porque las tiene realmente. Entendemos el acto de apropiación como conferir poder a una posibilidad y anular el poder que tienen otras posibilidades que han sido rechazadas. Por este acto de apropiación es que el hombre se ubica en la realidad, constituyendo el bien.
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El deber es el reconocimiento de aquello que es más apropiable, y, por eso, más bueno. La obligación es una invitación que nace de la realidad misma, reconocida por la inteligencia tan conveniente respecto a la felicidad, que no quererla sería contradictorio y autodestructivo respecto a la naturaleza misma de la inteligencia y de la voluntad.
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El mal consiste en la no realización de la realidad humana, una deformidad, una aversión para oponerse, debilitar o desmoronar aquella posibilidad apropiable: la felicidad.
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El querer es definido como poner la preferencia en una realidad; una determinación de la voluntad al conceder poder a una posibilidad determinada.
De manera complementaria a los conceptos descritos anteriormente, encontramos al bien común y a la doctrina del mal menor:
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El bien común, identificado como el conjunto de condiciones sociales que permiten al ser humano el desarrollo consciente y pleno de su propia perfección.
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La doctrina del mal menor, que exige procurar siempre el mayor bien posible y evitar el mal en lo posible, es válida siempre. Ante una elección -suponiendo que nuestra única responsabilidad sea elegir- no existe otra posibilidad de rectitud ética que elegir lo mejor. Y si todo es malo hay que elegir el mal menor.
En fechas recientes, hemos sido testigos de la peor crisis en las finanzas públicas, desde que se tiene registro. Al día de hoy se estima en 480,000 millones de pesos
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el monto de la caída en los ingresos del sector público, respecto a lo originalmente presupuestado1.
En tanto esto sucede, encontramos a nuestras autoridades financieras, entre ellas la Secretaría de Hacienda, señalando a factores externos, como los únicos responsables de esta debacle financiera que amenaza la seguridad nacional y la estabilidad económica del país.
Valdría la pena hacer un alto y reflexionar si los efectos de la crisis que estamos viviendo son consecuencia, únicamente, de factores externos o hasta qué punto se actuó desde la Secretaría de Hacienda, soslayando el bien común para privilegiar el bien del poder, con fines primordialmente políticos, de cara a la contienda electoral de 2009.
También, valdría la pena preguntarnos respecto a la injusticia cometida en este sacrificio del bien común en favor del poder.
¿Qué tan responsable o irresponsable ha sido la participación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en los meses previos y hasta la fecha, durante las distintas etapas en las que se ha gestado esta crisis financiera?
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Es conveniente señalar que es...
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