Nuevos ojos para mirar a los niños

AutorAmérica Juarez

Después de dos años dedicados a la elaboración de un diagnóstico para detectar las zonas más deprimidas en el estado de Guanajuato, la Fundación de Apoyo Infantil (FAI), con representación en cuatro entidades de la República, comenzó a trabajar en siete comunidades del municipio de Allende con el objetivo de hacer que los adultos vieran con nuevos ojos a sus niños y aprendieran de ellos.

Sin ser una organización asistencialista, la Fundación, miembro de la red internacional Save the Children, ofrece a las comunidades en las que trabaja proyectos de desarrollo encaminados a establecer mejores condiciones de vida que repercutan en el bienestar de los pequeños.

En siete años de trabajo, la organización logró llegar a 100 comunidades en 11 municipios de Guanajuato, pero desafortunadamente, debido a una reducción de los apoyos internacionales, tuvo que quedarse sólo con 54.

Aunque esto implicó la reducción de casi el 50 por ciento de los grupos beneficiados, la labor no se trunca, pues desde un principio, FAI establece proyectos con un plazo límite de cinco años, tiempo en el que prepara a las comunidades para caminar solas.

"Nosotros llegamos con un proyecto de trabajo, y si las personas están interesadas en él, lo primero que deben hacer es un diagnóstico participativo.

Ellos mismos analizan cuántos han emigrado, cuántas tierras están baldías, cuántos han muerto, cuántos ancianos existen, cómo están las mujeres, cómo está la comunidad en cuanto a servicios.

Este es un proceso que puede tardar de seis meses a un año, dependiendo del nivel de organización de la gente", comenta Beatriz Bell, coordinadora de Obtención de Fondos y Difusión de FAI Guanajuato.

Una vez que la evaluación ha concluido, los miembros del lugar deciden cuál es su prioridad.

Por ejemplo, si en uno de los sitios deciden que necesitan un molino de nixtamal porque las mujeres pierden mucho tiempo en hacer las tortillas, FAI ayuda a conseguir el fi nanciamiento para comprarlo, otorga la capacitación para que aprendan a usarlo y les enseña cómo aprovechar el tiempo libre que les queda en beneficio de los niños.

"Nos hemos dado cuenta de que no siempre el beneficio económico repercute en el bienestar de los pequeños. Hay otras zonas donde deciden que su prioridad es que los niños tengan un lugar para jugar. Eso quiere decir que ya están viendo a los chicos y se preocupan por ellos", comenta Bell.

Cuando el trabajo en una comunidad termina, no implica un abandono, dice Bell...

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