El nuevo mapa distrital

AutorGustavo López Montiel

Si se trata de desaparecer distritos, crear nuevos e intentar equilibrar poblaciones, se deben tomar decisiones cuyos efectos políticos son relevantes, pues se reestructuran clientelas electorales, grupos de apoyo y zonas de influencia, impactando la posibilidad de ganar o perder un distrito que tienen los partidos políticos. Y la redistritación se reflejará directamente en la integración del próximo Congreso.

El debate del tema implica discusiones complejas, algunas de las cuales son de fondo. El primer aspecto es el problema de la representación.

En México, los diputados y senadores -una vez en funciones- no son representantes de la población o de sus estados, sino de la nación, por lo que uno de los elementos básicos de la representatividad se pierde y entonces los legisladores carecen de responsabilidad política para con sus electores.

Para dar paso a instituciones como la reelección o la revocación de mandato, el principio de representatividad debe ser modificado en la Constitución para vincular efectivamente a los representantes con los representados, aterrizando la responsabilidad política, fortaleciendo el marco institucional y sentando bases para una verdadera rendición de cuentas.

El problema de la representatividad de los diputados y senadores requiere mayor puntualidad, pues al estar roto el vínculo entre representantes y representados no podemos avanzar en una discusión más profunda sobre el tamaño del Congreso, que hasta ahora se ha quedado en los lugares comunes de su costo financiero o su posible ineficiencia debido a sus formas internas de trabajo y composición.

¿628 legisladores son muchos o pocos? ¿Cuántos diputados son suficientes? ¿400? ¿Por qué no 450? Estas preguntas pueden responderse de acuerdo con el número que a uno más le guste o el que cueste menos trabajo pronunciar, pero no tiene que ver con la funcionalidad de la representación. No poder avanzar en esta discusión es un límite del principio de representatividad que mantenemos.

¿Quién está representado, los ciudadanos, la población en su conjunto o la nación? Hay una diferencia sustancial entre el número por entidad de los primeros con los segundos y ni qué decir con la tercera, que parece no existir más que como una "comunidad imaginada". Es decir, los electores contratamos representantes y tenemos derechos políticos. De acuerdo con el censo del 2000, existían 42 millones 578 mil 808 mexicanos menores de 19 años, de los más de 97 millones de mexicanos en ese...

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