El nuevo divo de la ópera

AutorJonathan Garavito

Poco antes de retirarse de los escenarios, en 2003, Luciano Pavarotti nombró a un sucesor como divo: Juan Diego Flórez, de quien destacaba la inteligencia, técnica y "bellísima voz".

En aquella ocasión, Pavarotti relató a la revista semanal de El País que mientras el joven peruano ensayaba en su casa, la hija del primero llegó aplaudiendo, pues pensó que su padre, Luciano, era quien cantaba.

Desde entonces, las comparaciones entre ambos han sido frecuentes, aunque cabe señalar que Flórez es un tenor lírico-ligero y Pavarotti fue uno lírico, por lo cual los repertorios que pueda presentar cada uno varían.

Pero encima, a sus 37 años, Flórez fue ubicado en el lugar 13 de la lista de los mejores tenores de todos los tiempos realizada en 2008 por la BBC, en la cual Plácido Domingo ocupó el primer lugar, seguido de Enrico Caruso y Luciano Pavarotti.

"Los halagos y motes son nombres que pesan. Lo importante es hacer bien las cosas, soy muy perfeccionista, siempre me gusta dar al público lo mejor, me esfuerzo mucho, siempre estudio", dice Flórez.

La ópera después del rock

Heredó la vena artística de su padre, el guitarrista Rubén Flórez, acompañante de la cantautora Chabuca Granda. La presencia de la música en su vida fue una constante, incluso, desde antes que tuviera uso de razón.

A los 10 años, Juan Diego Flórez, ya tocaba la guitarra y escribía canciones que nunca grabó, pero, que según considera, ayudaron a despertar su sensibilidad.

Siendo adolescente soñaba con convertirse en una estrella pop. Experimentó con la trova y posteriormente tuvo su propia banda de rock en la cual interpretó canciones de Led Zeppelin y Los Beatles. Pero el instante en el que escuchó en un viejo cassette la voz de Luciano Pavarotti, que definiría su carrera profesional para siempre.

"Crecí con la música popular, con la música peruana, comencé a cantar en piano bares, siempre tuve las ganas de estudiar música, dirigida siempre hacia el pop, quería cantar y componer mis propias canciones, pensaba que si sabía tocar un instrumento lo podría conseguir.

"Estuve en varias academias, tomé clases de canto, aún cuando estuve en el Conservatorio, no tenía planeado hacer música clásica, fue en el transcurso del primer año, cuando me convencí. La música clásica me envolvió", comparte Flórez.

El tenor peruano recuerda los anhelos que marcaban las metas por cumplir en la década de los 80 cuando pasaba horas alimentando su gusto ecléctico que incluía por igual canciones de los...

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