Nuevo desorden político

AutorAndrés de Luna

Antes los políticos estaban dedicados a sus labores en el Ejecutivo, el Legislativo o el Poder Judicial. Sin que esto los excluyera de los devaneos con otras actividades. La constante era que vivieran integrados a su esfera pública. La diferencia con los días actuales es el ejercicio mediático. Santiago Creel, ahora enviado a los infiernos del castigo partidista, fue parte de las "noticias" destinadas a los "famosos" del glamour televisivo. De pronto le saltaba al rostro la paternidad: una hija en el secreto de lo clandestino, y fuera de los esquemas panistas, con la actriz Edith González. Era por demás penoso que los "comentaristas" de toda esa clase de basura se ocuparan de un político. En tanto que el hijo del ex presidente Zedillo, llamado Ernesto, también entrara en esa red de confabulaciones al declarar que el vástago de otra intérprete de melodramas televisivos era suyo. También el mandatario venezolano Hugo Chávez fue acusado de procrear un hijo del cual más adelante se olvidaría. El famoso bravucón ha negado el hecho.

En la Europa, siempre civilizada, una cancioncita bobalicona interpretada por la primera dama de Francia, Carla Bruni, provocó enojo entre las autoridades colombianas. Esto, al referirse a los daños ocasionados por el polvo blanco producido en aquella nación sudamericana. Mientras que el presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, cayó en el ridículo al hacer un comentario futbolístico, en el que ensalzaba a sus jugadores en detrimento de los de...

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