Los nueve ruteros mexicanos han aprendido más sobre la vida

(Embargada para sitios en internet hasta las 24 horas locales)Yanet Aguilar Sosa, enviadaCARTAGENA DE INDIAS, Colombia., julio 7 (EL UNIVERSAL).- Cartagena de Indias, Colombia. El rostro y la actitud de los nueve expedicionarios mexicanos que participan en la Ruta Quetzal BBVA 2012 ha cambiado tanto, que poco o nada tienen que ver con los que salieron de México el pasado 19 de junio. Eran los hijos de papá y mamá, se les notaba en la mirada; ahora son nueve jóvenes que saben sobrevivir solos, con más determinación y más mundo, solidarios y tolerantes.Extrañan a la familia, que a su regreso a México quieren abrazar y contarle su experiencia. También todos echan mucho de menos la tortilla y el chile, aunque aceptan que la comida típica aquí en Colombia es rica; todos aseguran que cuando lleguen a México aventarán las maletas, abrazarán a sus padres y hermanos y se irán a comer unos buenos tacos.Al llegar a Colombia e instalarse en el primer campamento descubrieron que no era fácil la integración con chicos de otras nacionalidades y culturas, pero debían lograrlo si querían sobrevivir. Al principio les parecía raro convivir con personas que incluso ni siquiera los querían saludar, después se fueron acoplando, se fueron dando cuenta que todos gozan y sufren por igual. Hoy saben que en la Ruta todos son iguales."Hemos descubierto que son más las cosas que nos unen que lo que nos hace diferentes; extraño mi casa pero no extraño mi cama, ni mis cosas, sino la calidez de las personas con las que convivo, pero creo que quizá con suerte estoy creando una nueva familia que se llama Ruta Quetzal, con la que en ahora vivo a diario", aseguró Víctor Hugo Rosales Gallegos, que estudia la prepa en la UNAM y tiene 17 años.La ruta del aprendizajeA pesar de que ha habido días extenuantes, los nueve ruteros se duermen y a la mañana siguiente siguen sin problema. Se levantan con el grito de Jesús Luna, el jefe de campamento que les dice: "Arriba ruteros. Hoy comienza una nueva aventura". Se han vuelto necesariamente independientes y autosuficientes. Deben colaborar con sus compañeros para que las cosas marchen, desde afrontar en grupo una subida hasta instalar la tienda de campaña.Para Medardo Víctor Barrera Arumir lo que le ha dejado hasta el momento la ruta "es darte cuenta de que puedes sobrevivir conviviendo, puedes sobrevivir sin tener tu celular, internet ni tu computadora y que vas a pasarla mejor...

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