Nueva noción de independencia

AutorKarla Garduño Morán

Los conceptos de Independencia y soberanía deben ser replanteados a la luz del mundo globalizado y despojados de los resabios nacionalistas que impiden el crecimiento del país, considera el antropólogo Roger Bartra.

El académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM considera que la globalización ha contribuido al desarrollo de México, mientras que el nacionalismo exagerado impide llevar a cabo las reformas necesarias para que el país salga de la pobreza.

"Esas nociones sobre soberanía e independencia están empezando a caducar, hay que darles un contenido completamente diferente que no tiene nada que ver, posiblemente, con la visión original de independencia como la fundación de un Estado nacional y la separación de la metrópoli.

"La independencia es un hecho básicamente legal, es fruto de una Constitución, no hay que alejarnos demasiado de eso. Si queremos explorar la situación del país en la red de globalización que nos dominó, es otro asunto, y entonces efectivamente hay una pérdida de soberanía y de independencia, pero en un sentido muy general y posiblemente excesivo", señala.

En comparación con otras épocas posteriores a la lucha independentista, México es hoy más independiente, apunta el especialista. A mediados del siglo XIX, el país estaba sometido a presiones tanto europeas como de Estados Unidos y en 1848 perdió una parte de su territorio, tras una guerra con el país vecino. Luego, en la década de 1860, México estuvo intervenido durante cinco años por tropas francesas debido a la suspensión del pago de la deuda externa, y era controlado por un emperador -Maximiliano de Habsburgo-, lo que le restó soberanía.

"Es difícil comparar, pero pensando en esas épocas, ahora somos mucho más independientes y no estamos amenazados por fuerzas extranjeras", apunta.

Más que una amenaza, la globalización es un hecho inevitable en el que hay que saber moverse. A estas alturas del siglo XXI, explica Bartra, México debería haber aprendido que es occidental y norteamericano; es decir, que pertenece a Norteamérica, no a Estados Unidos.

"Tenemos que aprender a ser norteamericanos. Eso desde el punto de vista tradicional es un atentado, está mal visto y genera ronchas y ampollas en muchas partes, pero es una realidad, necesitamos ser modernos, incluso posmodernos, para insertarnos en este mundo de una manera más audaz", dice.

El peso del nacionalismo y una concepción de independencia decimonónica mantienen a México sumido en el...

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