Hay nueva luz en Tradición Grillo

AutorAlejandro Alvarado

GUADALAJARA.- Entre vecinos existía desconfianza, incluso no creían que bajo sus casas y sembradíos estuvieran las ruinas de toda una cultura, pero hoy, conforme se excava y resurge el Palacio de Ocomo, han cambiado de opinión y contribuido a la conservación del sitio arqueológico.

Por ejemplo, un grupo de niños de primaria se hizo cargo de retirar la basura de los dos ríos que atraviesan el sitio ubicado en Oconahua, Etzatlán (a alrededor de hora de distancia, al oeste de Guadalajara), y otros se han dedicado a mantener limpios los terrenos de la poligonal de protección, de casi 50 hectáreas.

A la par, 25 obreros y cuatro arqueólogos trabajan en la tercera temporada de excavación en este palacio que mide 130 metros por lado, con una zona habitacional de élite -hasta ahora encontrada, podría haber más- y con un patio hundido de 60 por 60 metros.

El objetivo ahora es liberar la estructura sureste del edificio, donde se encuentra bajo tierra y en muy buen estado de conservación la unidad habitacional de élite que permitirá conocer más de la Tradición Grillo, que habitó entre el año 450 al 900 después de Cristo.

"Es la parte de élite el edificio más grande, pero también estamos excavando edificios más pequeños para saber cómo vivía la gente un poco más humilde. Estamos tratando de tener suficientes datos para interpretar qué tipo de sociedad era", dice el arqueólogo Sean Montgomery Smith Márquez.

Una de las hipótesis acerca de esta cultura es que fue una sociedad jerarquizada: así lo ejemplifica esa unidad habitacional de élite, pues se encontró que además del patio general que hay en el centro del palacio, este sitio contaba con su...

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