Entre nubes y montañas

AutorAlessandro Triacca

Fotos: Enrique Ortíz

Enviados

BOGOTÁ, Colombia.- "Aquí es muy sencillo ubicarse. El oriente está siempre en dirección a los cerros", dice Santiago, un taxista que conduce cuesta abajo por las concurridas calles de esta capital.

Esa Cordillera Oriental es el rasgo distintivo de Bogotá. Basta asomarse por la ventanilla del auto para encontrar las grandes colinas, que sirven de telón de fondo al entramado urbano. Se miran próximas: al final de la calle, a tiro de piedra.

Bogotá está dividida y numerada mediante carreras -avenidas paralelas a la cordillera que van de sur a norte- y calles -que atraviesan las carreras de este a oeste.

El trayecto en taxi inicia en la intersección de la Calle 93 con la Carrera 11, al norte de la ciudad.

"El norte siempre ha sido lo más caro de Bogotá", explica el taxista.

Al pasar por el Parque de la 93 se constata. Aquí los bogotanos acaudalados gustan de sentarse en una banca, jugar frisbee o dormir una siesta al amparo de los robles, pinos y palmas.

La atmósfera de relajación no es el único atractivo de este lugar; la mayoría de los turistas y lugareños llegan para visitar alguno de los locales comerciales de moda que flanquean el parque.

Entre ellos está una sucursal de la famosa cafetería Juan Valdez, que ofrece gran variedad de granos que se producen en toda Colombia (tal ha sido su éxito, que a la fecha Starbucks no ha logrado penetrar este mercado).

El taxi continúa su trayecto rumbo al sur, desde la Calle 85 a la 79, donde se encuentra la Zona T, o Zona Rosa. Aquí están los clubes nocturnos más populares y costosos, como la filial del "rumbeadero" por excelencia de Bogotá: Andrés Carne de Res.

En el barrio también hay grandes centros comerciales con restaurantes, cines y tiendas, donde suelen reunirse los adolescentes.

"La gente viene a los centros comerciales para divertir el ojo nomás", explica Santiago, mientras maneja hasta la Calle 72, epicentro de la Zona G, el área gourmet de Bogotá.

Entre todos los tipos de cocinas que se hallan en el barrio, el restaurante italiano Pimento Cucina y el peruano Astrid y Gastón se han vuelto los consentidos de la ciudad.

En estas calles, además, hay hileras de edificios...

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