Noticias de secuestros

AutorManuel Guerrero

Uno de los temas de comunicación que más polémica ha despertado siempre es el de la relación entre los medios y la violencia. En buena medida, la polémica se debe a que en el debate ha predominado la perspectiva que, con frecuencia desde el prejuicio, busca probar los efectos, generalmente negativos, de cierto tipo de contenidos mediáticos sobre el comportamiento humano. Como extremo, baste recordar los resultados que en Estados Unidos presentó la Comisión Kefauver en los años cincuenta sobre la influencia de los "cómics" en la criminalidad juvenil.

Plantear de esta forma la relación medios-violencia ha conducido a concentrarse en el ámbito complejo de los efectos y, en el peor de los casos, en un diálogo de sordos entre quienes creen que fenómenos sociales como la violencia responden a los contenidos mediáticos y quienes, desde los medios, argumentan que sólo retratan la realidad "tal cual es".

Para escapar de este maniqueísmo habría que plantear la relación desde otro ángulo: el de la narrativa, vista como el elemento central para construir lo que definimos como "realidad".

En México, la relación medios-violencia en el debate público ha estado dominada por una narrativa particular: la de la inseguridad pública. Esta narrativa implica formas específicas de definir, actuar y contarnos sobre la inseguridad pública y en su construcción han sido responsables los gobiernos, los medios y la sociedad.

¿Cuál ha sido el papel particular de los medios en esta construcción de la narrativa sobre la inseguridad pública?

Habría, al menos, tres aspectos en los que han participado. Primero, al dar espacio tanto a las reacciones de la sociedad civil como a la divulgación de las acciones y políticas gubernamentales "contra la inseguridad pública". Segundo, al recurrir a perspectivas específicas que han servido para denunciar y enjuiciar determinados tipos de violencia, al tiempo que otros no se exhiben. Y tercero, si bien los medios no inventan los delitos, sí han representado a la criminalidad, a sus perpetradores y a sus víctimas en formas particulares.

El secuestro

En 1997, con base en datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), el número de secuestros denunciados alcanzó su punto máximo hasta ahora al llegar a la cifra de mil 45. Ese año las primeras planas de la prensa nacional dedicaron 114 notas a este delito. ¿Son muchas o pocas? Es difícil precisarlo, pero se puede tener un punto de referencia al compararlo con los números del homicidio...

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