Normalistas de Iguala, testigos protegidos

Zorayda Gallegosy Silber Meza

MÉXICO, D.F., septiembre 26 (EL UNIVERSAL).- Al menos cuatro normalistas que estuvieron presentes durante los hechos ocurridos el 26 y 27 de septiembre de 2014, donde desaparecieron 43 estudiantes de Ayotzinapa, se acogieron a la figura de testigos protegidos en calidad de víctimas, porque temían represalias.

De acuerdo con la Ley Federal para la Protección a Personas que intervienen en el procedimiento penal, pueden incorporarse a este programa víctimas que se encuentren en situación de riesgo.

En las declaraciones ministeriales contenidas en la averiguación previa PGR/SEIDO/UEIDMS/01/2015, a la que tuvo acceso EL UNIVERSAL, los jóvenes relatan la persecución de la que fueron víctimas por parte de policías municipales y ministeriales, y cómo lograron resguardarse en casas de vecinos de la localidad.

En la declaración de uno de los jóvenes, fechada el 24 de octubre de 2014, se asienta que el 26 de septiembre, alrededor de las 11 de la noche, se observaron patrullas de las policías municipal y ministerial, quienes comenzaron a disparar, por lo que los jóvenes corrieron hacia unos callejones.

“Vimos unas escaleras, subimos por ahí y nos seguían disparando, ya que escuchábamos como pasaban las balas cerca, terminando las escaleras escalamos un cerro, y ya los policías dejaron de dispararnos”, de acuerdo con uno de los testimonios.

Alrededor de la medianoche, encontraron a una señora que les permitió quedarse en el patio de su casa, donde pasaron la madrugada “en la lluvia, el frío y con miedo”. A las cinco de la mañana del 27 de septiembre bajaron del cerro para dirigirse a una tienda de autoservicio donde estaban otros compañeros normalistas.

Otro de los estudiantes con identidad protegida declaró, el 24 de octubre del año pasado, que alrededor de las 11 de la noche del 26 de septiembre una ambulancia arribó al lugar donde ellos estaban y auxilió a uno de los jóvenes que todavía estaba con vida.

“En ese lugar estábamos alrededor de 20... un compañero, del que no recuerdo su nombre, se puso grave porque no podía respirar y nosotros gritábamos a los policías que llamaran a otra ambulancia y que dejaran de disparar, porque se nos estaba muriendo. Ellos nos respondieron gritando que nosotros nos lo habíamos buscado”, recordó el joven.

Alrededor de la medianoche cedieron los disparos y se retiraron todas las patrullas, no sin antes advertirles que iban a regresar por ellos. Media hora después, aproximadamente...

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