Nombres, Nombres y... Nombres/ El Consejo para radio y TV en la iniciativa Corral

AutorAlberto Aguilar

LA SEMANA PASADA ya le describía aquí la preocupación que hay en la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT), por la iniciativa del senador Javier Corral para modificar la actual legislación que rige a esa actividad.

De hecho hasta adelantaron su reunión, debido a las supuestas presiones que habría en el senado, dada la dimensión que ha adquirido el enfrentamiento entre TV Azteca de Ricardo Salinas, CNI de Javier Moreno Valle y el senador Diego Fernández de Cevallos junto con Antonio Lozano Gracia.

En ese contexto se cuestionó un supuesto conflicto de interés de Jorge Mendoza, presidente de la CIRT. No ha faltado quien considere la conveniencia de que éste renuncie a su cargo, aunque todo parece indicar que la semana pasada se optó por cerrar filas a favor de su dirigente para evitar fracturas, justo cuando la presión de los senadores panistas se ha hecho más evidente.

Ahora bien, ya le comentaba que en la reunión del martes 18 de febrero se presentó a los miembros de la CIRT un diagnóstico de la iniciativa Corral. En el mismo, se concluye que la propuesta es contraria a la seguridad jurídica y la libertad de expresión.

El punto más controvertido es el de crear un Consejo Nacional de Radio y Televisión que tendría un carácter autónomo, dada su personalidad jurídica y patrimonio propio. Este se estima, podría poner de rodillas a los concesionarios.

Según la propuesta, el nuevo consejo estaría integrado por 7 miembros nombrados por el senado, sin intervención del Ejecutivo. Este sería el encargado de otorgar, revocar, modificar y renovar concesiones. Sus facultades se cree estarían por arriba de las que hoy tiene la SCT, con atribuciones discrecionales en todos los campos, sin responsabilidad ni medios de control sobre su actuación.

Hay también más causales en el artículo 82 para revocar una concesión y se reduce a 12 años el periodo máximo de concesionamiento, amén de restricciones a los horarios de transmisión conforme lo disponga ese consejo.

En lo que es la libertad de expresión, el nuevo órgano tendría facultades para juzgar contenidos. Obviamente se crítica la subjetividad. Se añaden elementos "de interés social", a los que se tendrían que sujetar la programación. Se habla de moral social, dignidad humana, vínculos familiares, etcétera. Al igual se establece el prohibir la corrupción del lenguaje, la apología de la violencia, discriminación, palabras obscenas, expresiones maliciosas y de doble sentido.

En el...

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