NOCHE Y DÍA / Octavio Paz con nosotros

AutorSergio González Rodríguez

La muerte del poeta y ensayista Octavio Paz 10 años atrás empobreció la vida pública del País. Si hay quienes desdeñan su poesía, su prosa, su protagonismo o su beligerancia crítica, nadie sensato podría negar, mucho menos sus malquerientes que, al morir él, se perdió al mayor interlocutor de la cultura y la política mexicana del siglo 20.

Ninguna figura intelectual iguala a Octavio Paz en su tarea de comprender, analizar y cuestionar lo que, como sociedad, hemos llegado a ser. El ocaso de su voz ha traído consigo la pérdida del diálogo contradictorio que mantuvo a lo largo de las décadas con las distintas fuerzas políticas, en particular, la izquierda. En estos tiempos de violencia, golpismo e irracionalidad, se extraña como nunca su pasión polémica y su capacidad de esclarecer la oscuridad ideológica.

Por fortuna, quedan sus libros que, abiertos al azar, en múltiples párrafos, suelen servir de guía o de fundamento hacia nuevos atisbos de la realidad que reafirman lo previsto. En una entrevista con Julio Scherer García realizada 30 años atrás, Octavio Paz responde a una pregunta con frases que parecen emitidas hoy: "El panorama político no es alentador. La derecha mexicana ha dejado de pensar en términos políticos desde la derrota de Miramón. Es una clase política acomodaticia y oportunista. Su táctica, lo mismo en la época de Díaz que ahora, consiste en infiltrarse en el gobierno. Es una clase que hace negocios pero que no tiene un proyecto nacional. El País, para ellos, no es el teatro de su acción histórica sino un campo de operaciones lucrativas". Tal cual.

Su diagnóstico sobre la izquierda, incluido en la misma entrevista, es una bofetada que deja congelados en la ridiculez a quienes entonces su juicio les pareció algo ofensivo y reaccionaron envueltos en el victimismo más patético que, a estas alturas, los descalifica por completo. Expresó Octavio Paz: "La izquierda sufre una parálisis intelectual. Es una izquierda murmuradora y retobona, que piensa poco y discute mucho. Una izquierda sin imaginación". El presente de nuestra izquierda valida esas palabras.

Ahora, quienes invocaron el chantaje de las abnegaciones y...

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