Una noche de copas

En Santiago de Chile, Luis Miguel se fue a un restaurante, se puso a tomar vino sudamericano y salió del lugar como muy pocas veces se deja ver: pasado de copas... Y los paparazzi estuvieron ahí para captar ese inusual momento.

No fue suficiente que los vidrios de la camioneta Mercedes Benz que lo traslada en esa ciudad sudamericana fueran oscuros. Ni tampoco bastó que sus seis guardias, todos de riguroso negro y actitud agresiva, trataran de tapar al Sol con bolsas de basura.

"(Los guardaespaldas) se pusieron a sacar bolsas de basura negras para pegarlas como cortinas, de tal manera que no hubiera ninguna posibilidad de que los fotógrafos pudieran retratarlo en el estado de ebriedad en que estaba", aseguró un testigo sobre lo que ocurrió la madrugada del miércoles.

El cantante pasó la velada escuchando música de Julio Iglesias y, según voceros del lugar, bebió al menos 10 botellas de vino de la mejor calidad junto con sus acompañantes, además, puso a los cocineros a trabajar tiempo extra, pues pasadas las 2 horas se le antojó comer una centolla, ostras y el congrio que ya había probado.

Tan mareado estaba Micky antes de partir que las medidas de seguridad se extremaron para sacarlo del restaurante Aquí Está Coco. Pero esa noche de copas, Micky fue captado "con voz traposa" al salir del restaurante.

Por si fuera poco, el bronceado no se le veía tan perfecto como de costumbre, pues en su rostro se apreciaron diferentes tonos.

¿Será que a sus 32 años Luis Miguel está más preocupado por divertirse que por cuidar su imagen?

El Sol al alcance

Si hay...

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