No sé qué tiene tu voz...

AutorVíctor Ronquillo

Celia Cruz y su voz. Celia Cruz y ese algo indefinible que no hay otro remedio que llamarlo carisma.

La reina del son, la gran figura de la música cubana, la estrella de la legendaria Sonora Matancera, estará siempre con sus seguidores.

Celia Cruz, nacida el 21 de octubre de 1924, contó con una basta historia musical: más de 70 discos grabados; premios como el Grammy, que recibió por primera vez en 1987. A él se suman 20 Discos de Oro y otros tantos de Platino por sus altas ventas, el legado de varias de las más significativas grabaciones del viejo son y la nueva salsa en la historia de la música... pero sobre todo, el reconocimiento de ser una verdadera figura, un emblema de una corriente musical determinante en la música contemporánea.

Y todo comenzó en La Habana, donde Celia Cruz nació y se encontró con la música. Tras de su voz cargada de ritmo y pasión latió la rica tradición de la música cubana. Ese caudal de sonoridades que tiene origen en el corazón de la negritud, que con el paso del tiempo y las más diversas mezclas y fusiones (donde tiene un prominente lugar la música de los españoles que llegaron a la isla armados de guitarras y vihuelas) resulta una de las expresiones más vivas y disfrutables de la música popular contemporánea.

Imagine a Celia como una muchacha que apenas presiente su talento. Veala en alguna de las clases, formales y tradicionales de mediados de los años 40, en el Conservatorio Nacional de Cuba.

Celia Cruz no sólo estudió teoría musical, piano y voz en el Conservatorio, sino que fue maestra en la añosa institución. Pero como ocurre en muchas de las biografías de los verdaderos artistas, el placer de la música se impone y en este caso el son, sus escenarios y sus noches cambiaron la vida de Celia Cruz convirtiéndola en un personaje de la radio y la televisión cubana.

Después vendría la época dorada, cuando la diva del son se une a la legendaria Sonora Matancera, de Rogelio Martínez, y deja para la posteridad uno de los capítulos más intensos y brillantes en la historia de la música afrocubana: "azúucar".

Radamés Giro, musicólogo cubano, entrevistado por Leonardo Padura en su libro Los Rostros de la Salsa, acierta al describir las razones de la vigencia de Celia Cruz.

"Celia es uno de esos fenómenos singulares de permanencia que se impone cantando lo mismo, pero con la virtud de que lo que suena detrás ya no es lo mismo. Celia se impuso por esa calidad, por esa forma de decir el son, por esa forma de frasear...

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