'No sé cuándo los veré'

AutorÁngel Villarino

Corresponsal

BEIJING.- "Los vecinos aquí no quieren dar entrevistas a periodistas", reza un cartel escrito con caracteres chinos, colgado en la entrada de un complejo residencial de Beijing.

Al otro lado de la valla se encuentra la casa donde residía el Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, antes de ser condenado a 11 años de cárcel.

Su esposa, la artista Liu Xia, sigue viviendo ahí y, aunque no se la acusa oficialmente de ningún cargo, las autoridades la mantienen bajo arresto domiciliario.

Varios policías, vestidos de civiles, pero con escaso talento para la interpretación, fingen indiferencia alrededor de la entrada.

Con el rabillo del ojo, vigilan que ningún desconocido cruce el umbral, especialmente la decena de reporteros extranjeros que hacen guardia. Cualquier intento de colarse es frenado por los porteros del recinto.

"La única manera de hablar con los vecinos", dicen una y otra vez, "es llamándoles por teléfono". Algo imposible en el caso de Liu Xia, pues su teléfono ha sido inhabilitado.

Con la excepción de la "excursión" organizada para ver a su marido el domingo, la artista permanece aislada en su casa.

Sólo se ha comunicado con el exterior a través de Twitter, en un mensaje en el que se queja de su situación: "Desconozco cuándo podré verlos a todos (...) Por favor, ayúdenme a comunicarme".

Liu Xia nació en 1959 y conoció a Liu Xiaobo en los años 80, cuando ambos frecuentaban los ambientes artísticos de Beijing.

Su militancia política no es de primera línea, pero siempre ha afrontado las consecuencias de vivir junto a una persona que lleva dos décadas arriesgándose por sus ideas.

Lo tuvo que ver claro el día de la boda, celebrada mientras el Premio Nobel cumplía condena en un campo de reeducación.

Liu Xiaobo dedicó el premio a las personas muertas en las...

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