No la ven venir

Una fiesta, una piscina y un cuerpo flotando en la Colonia Country Club fueron los elementos de una tragedia en la Ciudad.

Francisco, quien tenía 43 años, era vecino del Estado de México y había venido el 10 de abril del 2006 a la Ciudad con su novia. Eran invidentes. De hecho, las otras cinco personas que estaban en la reunión también lo eran.

Habían quedado de hacer una pequeña fiesta en esa finca ubicada en la Calle Mar Tirreno, casi en su cruce con Mar Mediterráneo.

Luego de echarse unas copas, a los asistentes se les ocurrió que era una buena idea aprovechar la alberca que había en la casa. Ésta tenía unos dos metros y medio de profundidad.

Estuvieron echando relajo cerca del agua mucho rato y todo parecía ir de acuerdo con lo planeado.

¿En dónde está el baño?, preguntó en un momento dado Francisco. Otra de las personas de la reunión le dio indicaciones detalladas para que pudiera llegar sin problemas. El hombre entonces se levantó de su lugar y fue.

Sin embargo, pasó un rato y nadie sabía en dónde estaba Francisco. Lo buscaron en el baño y nada. Gritaron su nombre y nadie contestaba. No pudo esfumarse, ni salió de la casa. De hecho ahí estaba todavía su novia. ¿Dónde estaría?

Siguieron llamándolo para que dejara de bromear. Ya no era divertido. ¡Francisco! ¡Francisco!

Conforme pasaron los minutos, la preocupación aumentó y no les quedó de otra más que llamar a la...

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