'No soy un traidor, todo lo contrario'

AutorYanireth Israde

"No soy traidor a mi institución, todo lo contrario", afirmó el arqueólogo Fernando Cortés de Brasdefer, contra quien el INAH promovió un acta administrativa, censurándolo, por considerar que sus críticas hacia el Tren Maya perjudicaban a la dependencia.

"Quiero pasar como un arqueólogo -como hoy existen muchos- honesto y claro y no como un traidor a la patria (...) Prefiero que me llamen denunciante o, como me dijo el director general (del Instituto, Diego Prieto): el arqueólogo 'de sangre azul', pues prefiero que se burle de mí, pero no soy traidor a mi institución, todo lo contrario.

"Conozco perfectamente la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y sé hasta dónde podemos llegar", puntualizó ayer durante su participación en la mesa de análisis "Tren Maya, Testimonio desde la historia y la arqueología", inscrita en el ciclo Ideología, Política y Cultura.

En este encuentro, coordinado por el antropólogo Bolfy Cottom, participaron el también antropólogo Juan Sandoval y el arqueólogo Felipe Echenique, quienes expusieron el saqueo y la especulación de la tierra propiciados por la obra ferroviaria, así como la omisión de las autoridades ante las denuncias presentadas.

"Como se esperaba, se han realizado importantes hallazgos arqueológicos y, efectivamente, las aportaciones novedosas de la investigación serán valiosas y amplias", dijo Cortés de Brasdefer.

Y cuestionó: "Es verdad que habrá que replantear y reajustar la concepción que se tiene hasta ahora sobre la cultura maya. El conocimiento se va enriqueciendo, pero: ¿a cambio de qué?".

A cambio de la destrucción, se respondió el arqueólogo de Quintana Roo, quien ha definido al Tren Maya como "la obra ambiental y cultural depredadora más grande de que se tenga noticia en los tiempos modernos".

El INAH, una gran institución, ahora atraviesa por su peor etapa, añadió.

"Toda la vida hemos hecho inspecciones y peritajes, y en este momento estamos verdaderamente impresionados e indignados porque, a partir de ahora, después del Tren Maya, no podremos controlar el saqueo", advirtió.

Reveló también que tras la difusión de su caso, varios arqueólogos se han acercado para manifestarle su decepción porque, como parte de su trabajo, fueron partícipes del saqueo y la destrucción al patrimonio, como se lo hizo saber un colega en una carta a la que dio lectura.

"Ya escuché a muchos otros y me están comentando, por ejemplo, que en el día, en la tarde o en la noche, llegan...

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