'No me siento solo'

AutorSilvia Isabel Gámez

A Martin Foley le gustó la voz de Feliciano Béjar. Lo llamó porque quería rentar una de las casas que el artista había construido en su terreno de San Ángel, pero cuando le dijo que estaban todas ocupadas, insistió hasta que aceptó verlo. Era una tarde lluviosa de 1960 cuando se sentaron a tomar un café en El Zodiaco.

Foley llevaba pocos meses en México, contratado por la Compañía Mexicana Impresora de Valores. "Era muy guapo", recuerda que pensó al conocer a quien sería durante 47 años su compañero.

Varados por la lluvia, Béjar optó por dibujarle las casas y jardines. Foley sentía que estaba frente a un creador de fantasías, hasta que al reparar en sus manos castigadas, descubrió al hombre de trabajo duro que también era. "Vi los dos lados de Feliciano en ese instante, y la combinación me fascinó".

Un taxi los llevó al lugar donde estaba la enorme casa que Béjar habitaba, hoy barrida por el Periférico. Como nunca cargaba llaves ni dinero, tuvieron que brincar la barda.

"Nunca he tenido un momento más mágico. Había esculturas de piedra en el jardín; a la luz de la luna se veían las siluetas y muchas sombras. Se oía el gotear de la lluvia y el sonido del río, parecía una jungla".

Foley pasó la noche en el estudio de Béjar, dominado por un Cristo negro y una escultura de Adán y Eva junto a un árbol seco.

Y empezaron a rodar los astros de El Zodiaco.

* * *

Ambos eran muy distintos. De origen irlandés, católico, Foley nació en Chesterfield, Inglaterra, en 1932. Historiador y arqueólogo por las universidades de Belfast y Oxford, destila una serenidad que no se altera ni cuando Juan Carlos, el pequeño nieto de Perfecta, la encargada de la casa, intenta, cochecito en mano, convertir su rostro en una pista de carreras.

"Éramos una familia con pocos recursos, pero de abolengo, relacionada con la aristocracia. La genealogía era casi lo único que nos quedaba".

Béjar había nacido en Jiquilpan, Michoacán, en 1920. Procedía de una familia humilde, originaria de Cotija, un pueblo cercano, que perdió sus bienes a manos de los revolucionarios. Pintor y escultor autodidacta, trabajó en diversos oficios hasta que comenzó a exponer en Estados Unidos.

Debido a una poliomelitis que sufrió de niño, le resultaba más cómodo trabajar sentado en el piso, sobre la pierna derecha, con el estudio siempre en desorden, rodeado por los materiales de desecho que utilizaba.

Con piedras y cascajo fue construyendo cada casa, por cualquier pretexto, sin planos y con la única...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR