'No saquen nada, sálganse'

AutorVerónica Sánchez

MÉXICO.- La huelga en el Hotel Radisson, ubicado al sur del Distrito Federal, estalló con la irrupción de unos 150 hombres que a gritos de "¡fuego!" y "¡sálganse cabrones!" expulsaron a huéspedes y empleados de confianza.

El hecho inédito en la historia del sector hotelero ocurrió el 1 de marzo pasado y dejó durante 46 horas cerrado el inmueble y a cerca de 150 clientes sin sus pertenencias.

Ese lunes, el inmueble de 10 plantas tenía ocupadas al menos 100 de las 237 habitaciones con extranjeros de Estados Unidos, Israel, Hungría, España, Alemania y del interior de México.

Cerca de las 3 y media de la tarde, tres autobuses tipo turístico arribaron al centro de hospedaje de los que descendieron los hombres entre 18 y 40 años vestidos con bermudas, tenis y gorras. La Unión Sindical de Empleados de Hoteles del Distrito Federal -afiliada a la CTM- los había contratado para sacar a la gente del edificio, ante la falta de un acuerdo en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje.

"Venía puro chacal, sin un miligramo de educación, iban fumando mariguana. Me robaron unas memorias USB, rompieron una palanca para reclinar un asiento, quemaron los sillones", comentó el chofer de uno de los camiones, quien los recogió en la Colonia Industrial Vallejo, en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México.

Victoriano, quien vende tacos de canasta, los vio como unos posibles clientes. Se acercó a ellos en su bicicleta pero se le amontonaron y le quitaron los 30 que le quedaban.

"Después uno de ellos me dio un tostón (un billete de 50 pesos)", dijo, aunque en total tenían que haberle pagado 150 pesos.

El comerciante tuvo suerte. A otro vendedor de tortas ni eso le pagaron.

A las 5 de la tarde, Olivia Ledesma, directora de operaciones, caminaba por el lobby cuando escuchó los gritos de los hombres que ingresaron al hotel por las puertas giratorias.

"¡Sálgase, sálgase!", le exigieron cuatro de ellos.

No intentó poner resistencia.

"Lo que tuve fue un shock, un impacto. Lo único que dije fue 'necesito mi bolsa', pero me gritaban que me saliera y me empezaron a corretear por las escaleras", relató.

Lo sujetos corrían por los pasillos y golpeaban las puertas de los cuartos.

"¡No saquen nada, sólo sálganse!", les gritaban.

En la cocina, un subchef logró cerrar el gas con una llave de control maestro, otro empleado apagó la caldera.

La toma del hotel incluyó además el estacionamiento, donde no pudieron salir automóviles de empleados de algunas compañías cercanas.

Los...

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