No sea salado

Dicen por ahí que el secreto está en la calidad, no en la cantidad, y al relacionar esta aseveración con el desmedido consumo de sal, queda como anillo al dedo.

Es bien sabido que el principal problema del consumo de sal está en las cantidades que se utiliza, práctica fomentada por la poca información que se tiene respecto a este mineral compuesto de sodio y cloro.

Entre más se consume sal, el paladar se acostumbra a su sabor, de tal forma que el alimento al principio pudo considerarse salado, pero después de consumirlo en un corto plazo ya no se siente así.

Aunque es importante decir que así como se puede habituar a ingerir los alimentos con más sal, de igual forma se puede adaptar a ser menos salado.

"Para las personas que tienen algún problema de salud relacionado con la sal, existen maneras de sustituirla; en el mercado hay marcas que reemplazan la sal por otro mineral, entre ellos el cloruro de calcio y de potasio", agrega la nutrióloga Claudia Chávez.

Existen diferentes opciones para disminuir su consumo y una de ellas es usar diferentes especias al cocinar, como cebolla, ajo, orégano, laurel, albahaca, tomillo, jugo de limón, rábano, vinagre, perejil, romero y canela, entre otras.

"La ingesta inadecuada de sal se asocia principalmente con enfermedades hipertensas y, por lo tanto, del corazón. Su excesivo consumo se relaciona con las complicaciones de otras enfermedades como insuficiencia renal, cirrosis hepática y enfermedades cerebrovasculares".

En los países con mayor consumo de sal, especialmente en los industrializados, se ha visto una mayor mortalidad debido a enfermedades cardiovasculares y una mayor presencia de hipertensión.

"El sodio, principal componente de la sal...

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