'No persigo la fama'

AutorXulio Guillén

ENVIADO

SANTA MÓNICA.- Hollywood se ha apropiado de Edgar Ramírez.

Pero, no por ello, el actor próximo a cumplir 40 años (el 25 de marzo) pierde la visión de cómo llevar su carrera en una industria de alto impacto.

Él tiene muy claro que jamás debe de vincular su progreso actoral con la fama.

"Siempre habrá historias interesantes en este ámbito, pero soy de los que creen que no importa cuán relevante sea el proyecto o el personaje, si está en las manos equivocadas, no funciona

"Para mí, el progreso es perseverar, ser siempre fiel a ti mismo. No persigo la fama, me gusta más encontrar el equilibrio entre el guion y el director, busco más las experiencias y las personas que aporten a mi vida, eso para mí es la clave", cuenta el venezolano, quien ha sido nominado a los SAG Awards, Globos de Oro y Emmy.

Pese a que él quería estudiar Relaciones Internacionales, acabó en un territorio que no se aleja mucho de la diplomacia, que tanto le gusta.

Tiene el privilegio de llamar "familia" a figuras como Jessica Chastain, Robert De Niro, Isabelle Huppert, Helen Mirren, Matthew McConaughey y contar entre sus "hermanos" a músicos como Jesús Miranda, Steve Aoki, René Pérez (Residente, de Calle 13) y Usher Raymond, entre otros.

Por si fuera poco, ha establecido vínculos con los cineastas Kathryn Bigelow, David O. Russell, Paul Greengrass, Stephen Gaghan, así como con sus colegas Matt Damon, Benicio Del Toro, Demian Bichir, William Hurt, Forest Whitaker, Sigourney Weaver, Liam Neeson, Ralph Fiennes y Juliette Binoche.

Esto, subraya, es más importante para él que nominaciones a premios.

"No es algo que busque (premios) al elegir proyectos, pues los galardones son muy subjetivos. Tengo la fortuna de haber coincidido con grandes personas y me siento afortunado de ello".

Satisfecho por haber encarnado valiosos personajes en la pantalla grande, como el revolucionario Ciro Redondo García (Che, El Argentino, 2008), el terrorista Ilyich Ramírez Sánchez (Carlos, 2010), el líder Simon Bolívar (Libertador, 2013) y el boxeador Roberto Durán (Manos de Piedra, 2016), aún quiere...

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