“No paran las balaceras; da miedo llevarlos a clases”

ACAPULCO, Gro., enero 10 (EL UNIVERSAL).- Un hombre vestido de negro con blanco resguarda el sitio. Mide menos de un metro con 70 centímetros, sería un sujeto que pasa desapercibido sino es porque porta un arma y convive con niños de la escuela primaria Plan de Iguala, en la colonia Miguel de la Madrid, un lugar donde la gente prefiere no hablar de lo que pasa, porque temen por sus vidas.

De Las Cruces, que es la colonia que da entrada a otras, como la Emiliano Zapata, Las Parotas, Simón Bolívar, La Vacacional, La Sabana, La Venta, La Nueva Revolución y la Ciudad Renacimiento, las historias de balaceras, ejecutados y cobros de cuota son el pan de cada día. La gente en los mercados habla de eso y de que por ellos se suspendieron clases. Más de 100 escuelas no regresaron a clases en el puerto.

El camino hacia la zona rural de Acapulco es árido y diferente al puerto que se conoce a nivel internacional: no se ve la playa, sino camiones viejos con leyendas como Vatos locos, no hay turistas, sino señoras vendiendo pan, ofreciendo verduras; muchos taxis, algunos colectivos que llevan a Pie de la Cuesta, a las comunidades más internadas, donde los polígonos de pobreza se ilustran con el calzado desgastado de los niños que no tienen la certeza de que concluirán su ciclo escolar.

En esas colonias, incluida El Coloso, que de Las Cruces está como a media hora, Los Lirios, La Laja, todas de la región educativa Coyuca-Acapulco, los mensajes en las escuelas, sobre todo primarias, son similares: “No hay clases, hasta nuevo aviso”; “4 B, no tienes clases”, y “se reanudan clases hasta el lunes 12”. La realidad, explica una madre de familia, “es que aún con la Gendarmería, sí da miedo traer a los niños a clases; no paran las balaceras”.

El director de la primaria Plan de Iguala, de la colonia Miguel de la Madrid, Javier de la Sancha, admite que la inseguridad en las colonias periféricas ha incrementado en los últimos cuatro meses y desconoce la razón, pero a diferencia de otras escuelas como la secundaria técnica 22 “De Palitos” —llamada así por su pobre infraestructura— no han suspendido clases ni las suspenderán, aunque salieron de vacaciones decembrinas desde la primera semana de ese mes.

Explica que se sienten más a gusto con el guardia armado, que pide una identificación para entrar a la escuela y reporta quién entra y sale del plantel.El señor es respetuoso, educado, sobre todo muy responsable, y dice que los niños ven normal que ande un guardia armado...

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