'¿No que no? Sí que sí'

AutorJorge Ricardo

MÉXICO.- Contenidos por vallas de fierro y policías, apretujados por más de 100 periodistas, fotógrafos y camarógrafos, los seguidores de Andrés Manuel López Obrador imaginaban que dentro de Palacio Nacional había fuertes regaños, negociaciones, excusas de Enrique Peña Nieto, una supremacía de su héroe nacional, una nueva sociedad, un nuevo orden.

"Si ya se tardaron tanto, es porque están hablando de mucho dinero", imaginó uno.

"Y dinero hay muchísimo dinero, nada más que mal repartido", consideró otro.

"Entonces, lo que le está diciendo el Peje es: '¿Sabes qué, Enrique?: Ya te robaste tanto, ya hasta ahí, ya con eso. Antes de que se repartan, yo necesito tanto para las pensiones de los viejitos, tanto para los jóvenes".

La señora Carmen Vega, de la Pensil, contó cómo se había agendado la cita:

Obrador le llamó el domingo y le dijo (imitó la voz de muy jefe de uno, aterrada la del otro): 'El martes voy a ir a Palacio' y '¿A qué hora quieres venir? '¡A las 11:00!' '¿Quieres que sea aquí o en los Pinos?. '¡En Palacio!' 'Ah, bueno. Aquí te espero'

Y ahí estaban también ellos, algunos desde las 6:00 de la mañana, para una reunión agendada a las 11:00.

Había una carpa blanca en la esquina del Zócalo y Moneda, y para allá se fueron todos, periodistas y seguidores. Ondearon banderas, lanzaron porras. Más de 200 policías de tránsito y auxiliares hacían vallas, apuraban a la gente, que los superaba al doble, la empujaban.

¿Quién va a venir?

"El Peje", decían unos.

"El Presidente", agregaban otros.

López Obrador entró al Zócalo en su Jetta blanco, precedido por un montón de camarógrafos en motocicletas que no...

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