No me importan las etiquetas.- Stern

AutorLaura Castellanos

Una vez, el baterista Al Foster se quejó con Miles Davis de que el guitarrista de la banda, Mike Stern, siempre iba con la misma camiseta, pants y tenis desaliñados a los ensayos.

El legendario trompetista respondió: "Tal vez Mike necesita esa camiseta dirty para poder tocar dirty, necesita esos pants funky para poder tocar funky, y se pone esos tenis para imprimirle velocidad a su música".

"Davis era muy chistoso", cuenta Stern.

El guitarrista, considerado uno de los grandes de la fusión jazzística, viene por tercera vez a México, luego de tres años de ausencia, para compartir escenario con el cubano Chucho Valdés y con la canadiense Diana Krall, el 7 de febrero, en el marco del Festival de Jazz Ciudad de México 2005.

"Nunca he tocado con ellos, será muy interesante porque son tres estilos de música contrastante", narra en entrevista telefónica desde su casa en Nueva York.

El músico nacido en Boston en 1953, nominado tres veces al Grammy, a quien sus críticos ubican en sus comienzos en el bebop y ahora en el jazz rock, dice entregarse con tal vehemencia a su interpretación, que no le importan las etiquetas.

"Crecí escuchando a guitarristas de los 70, a Jimmy Hendrix, Eric Clapton, BB King, y a muchos bluseros como a Budy Guy. Cuando era más joven tocaba más blues que rock; pero estar en el jazz ha sido mi prioridad por 30 años, por lo que no me importa cómo me llamen".

Aunque suene trillado, Stern afirma que toca "con el corazón". Lo aprendió de Davis, recuerda, cuando, con Marcus Miller, Bill Evans, Mino Cinelu y Foster, compartió -de 1981 a 1983- un capítulo de la historia del jazz al grabar con la Miles Davis Band tres discos: Man with the horn, Star People y We want Miles.

"Davis era un poco loco, pero yo también, así que trabajamos muy bien. Tenía muy buena vibra, pero un día era tu amigo y otro no quería ver a nadie. Era un músico impresionante, recuerdo haberlo visto tocar noche tras noche, tenía blues y soul en su música y en ésta ponía el lenguaje del corazón".

Para Stern, tocar con el corazón es hacerlo de forma intrínseca y sustanciosa, es experimentar con la emoción.

"La emoción no necesita complejidad, a veces es la forma en la que tocas la guitarra, o sueltas una nota en el sax o le pegas a la batería, consiste más en el toque. Es bueno combinar lo intelectual con el corazón, pero siempre éste es primero".

El egresado del Berklee College of Music tocó inicialmente con Blood, Sweat and Tears a los 22 años. Después de hacerlo...

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