'No good here, tsunami'

AutorJavier Garduño y Brenda Díaz

Dos mexicanos que están en Japón, uno como estudiante y otro como turista, contaron a REFORMA el miedo y la desesperación de la gente, así como las escenas de caos que se vivieron ayer en la isla luego del potente sismo de 8.9 grados Richter y el tsunami que le siguió.

Rodrigo Marín

Un ambiente de miedo

Rodrigo Marín, quien estudia japonés en la escuela de idiomas Human Academy, en el corazón de la ciudad de Shinjuku-ku, cerca de Tokio, asegura que vivió momentos de drama durante el sismo.

"¡Todos abajo del escritorio!", dijo que gritó una compañera coreana al ver que la puerta del salón se movía por sí sola.

Enseguida, indicó este joven de 28 años, los marcos de las ventanas comenzaron a rechinar y los pupitres a moverse en todas direcciones.

"Los gritos y voces que provenían de afuera empezaron a llenar el ambiente de miedo y desesperación", contó.

"A través de la ventana pude ver cómo la gente del edificio vecino intentaba bajar por la escalera de emergencia durante el temblor. Yo intenté llegar hasta la puerta, pasando por debajo de cada escritorio, para abrirla y evitar que nos quedáramos atrapados", recordó.

Marín fue de los últimos en evacuar el edificio porque estaba en el sexto piso. El sonido de las sirenas llegaba de todos lados, al tiempo que la gente empezaba a salir a las calles para buscar parques y zonas abiertas para refugiarse.

Pero el drama no terminó ahí. Diez minutos después una réplica volvió a generar pánico.

"La telefonía celular se interrumpió y los restaurantes y tiendas comerciales cerraron", contó Marín quien no podía comunicarse al principio con su esposa.

Además, cientos de niños, ancianos y oficinistas, narró, tuvieron que caminar durante horas para llegar a sus casas, pues los trenes suburbanos y el Metro dejaron de funcionar tras el sismo.

Ramón Flores

Sorprendido por el caos

Aún no entendía bien lo que estaba pasando. Subió al cuarto de su hotel por una chamarra y al regresar el agua del mar alcanzaba más de un metro de altura en el lobby.

"No good here, dangerous, tsunami", alertaban lugareños de la isla Hokkaido, al norte de Japón, a Ramón Flores Grajales, turista mexicano de 27 años.

A las 14:46 horas -tiempo local-, cuando el terremoto de 8.9 grados azotó el norte del país, Ramón excursionaba por el Monte Hakodate donde, asegura, no se...

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