No son de aquí, ni son de allá

AutorEugenio Guzmán

Una mañana como ésta navegas por internet y te topas con un portal en donde hay un video de Pete Wentz mostrándole a sus fans cómo usar el delineador de ojos.

El bajista del grupo Fall Out Boy, que trae el pelo "planchado" y las uñas pintadas de negro, muestra una técnica impecable para maquillarse los ojos, pero advierte que el delineado debe quedar un poco corrido, porque así el efecto es más "masculino".

Minutos después te topas en la red con una galería de fotos de la línea de ropa Glitterboy (Chico brillante), cuyo creador es Davey Havok, líder de la banda AFI, quien por cierto fue el primero en usar el peinado corto a largo de atrás hacia adelante, corte que luego sería mundialmente popularizado por Victoria Beckham.

Havok es un tipo al que le gusta ponerse sombra rosa alrededor de los ojos, usa lipstick oscuro, a veces se pone luces en el pelo y tiene grandes arracadas en ambas orejas. Sus pantalones son muy ajustados y prefiere las camisetas por arriba del ombligo. Parece un cheerleader gótico y la colección de ropa que diseña tiene todo su sello; ésta puede ser usada por hombres y mujeres sin distinción.

Apagas la computadora y enciendes la televisión para recibir noticias del más reciente concurso Eurovisión 2007. El ganador es el representante de Serbia, un tal Marija Šerifovic. Regordete, usa traje sin corbata, tiene el cabello muy corto con flequillo y lleva lentes de grueso armazón. Lo escuchas cantar sólo para darte cuenta que el concursante no es "él" sino es "ella", lo que pensabas era pancita son en realidad sus senos.

Entonces te preguntas: ¿qué le está pasando a la música actual, en la que intérpretes hombres usan cosméticos y las mujeres parecen hombres?

Lo que sucede es que está de moda el look andrógino, palabra cuya etimología griega es muy clara: andro significa hombre y gyne, mujer.

Los andróginos son personas cuyo arreglo personal, características físicas y comportamientos sociales son una mezcla entre el tradicional prototipo de lo masculino con el femenino, o viceversa. Con ellos no puedes determinar si lo que ves es una dama o un caballero hasta el segundo o tercer vistazo.

"Dan la apariencia de unisexualidad o que hay un solo sexo, parecen querer decirle a los demás: no soy de aquí ni soy de allá, soy una persona neutral'", comenta Jesús Castillo López, vicepresidente del Colegio de Sicólogos de Monterrey.

El especialista en sicología social aclara que esta manera de ser no necesariamente va de la mano con...

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