Los niños que desafiaron a “Ingrid” y “Manuel”

CHILPANCINGO, Gro., abril 30 (EL UNIVERSAL).- Josías recuerda el sonido de las aspas de un “helicótero”. Los chicos de tercer grado ven el ensayo del bailable del 10 de mayo en unas escaleritas que sirven de asiento en la Primaria Benito Juárez de Azinyahualco, en la sierra de Chilpancingo.

El niño de nueve años gira el dedo índice para imitar las aspas. Se acuerda cuando trasladaron a su tía embarazada y él veía a las personas chiquititas desde el cielo: su pueblo quedó atrapado por las lluvias de Ingrid y Manuel hace más de dos años.

Azinyahualco es un pueblo de casi 400 habitantes a tres horas de la capital. Hay montes, veredas, flores rojas, amarillas, azules, un río y mucha agua: aquí es un elemento abundante y políticamente importante. La gente usa las plantas como remedios medicinales, son milagrosas; toman de la tierra su mayor sustento. Venden jitomates, comen pan, huevos de gallina y beben mucha Coca-cola.

En 2013, la comunidad serrana fue evacuada y declarada zona de alto riesgo por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred). Protección Civil estatal también ordenó reubicación inmediata y se incluyó en el “Plan Nuevo Guerrero”, que tuvo para reconstruir comunidades devastadas por los meteoros una inversión de 37 millones 715 mil pesos. En septiembre próximo se cumplen tres años y la reubicación, a ocho kilómetros del accidentado Azinyahualco no llega.

Heydi, una niña de ojos almendrados corrige a Josías: “¡helicóptero!”; juegan, dicen que les gustan sus nuevas escuelas de donde será su hogar, pero ya tiene tanto que no están seguros de querer irse. A la orilla de su escuela se observa una vereda; allí, “pasaban parados los árboles, piedrotas y mucha tierra”, dice Abel, otro niño de la Benito Juárez que rememora cuando la lluvia no tuvo clemencia y se tuvo que refugiar en un templo evangélico.

En el ejido se Zoyatepec debía estar en Nuevo Azinyahualco. La Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu) y el ayuntamiento compraron el terreno a particulares y al Ejido. Después de 10 meses abandonado, las 14 de las 93 casas que debían construirse se tambalean con el aire.

El material endeble de las construcciones de 8 metros por 6 no tienen castillos ni trabes y los tabiques de hormigón están pegados con cal. Los habitantes creen que es una burla. Además, los sellos deClausurado por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) por no contar con estudio de impacto ambiental previo a...

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