Niega SSP asesinato de policia

"Su hijo se suicidó. Por eso no tiene derecho a ninguna prestación y el funeral ustedes lo tienen que pagar", manifestó un comandante de la Secretaría de Seguridad Pública a la madre del policía Miguel Angel Palomeque Ceballos.

Palomeque, de 24 años de edad, falleció la madrugada del 31 de diciembre de 1997 en las instalaciones del Agrupamiento Unidad Especial, según dijeron las autoridades de la SSP, por un disparo de arma de fuego en la sien derecha que él mismo se dio.

Sin embargo, tanto los resultados de la necropsia como los peritajes posteriores descartan esta hipótesis ya que la trayectoria de la bala no corresponde a la de un suicidio, tampoco se encontraron rastros de pólvora en sus manos y el arma presentada no es de la que procedió el disparo.

Cuando María de los Angeles Ceballos, madre de la víctima, solicitó a la SSP se le hicieran efectivas las prestaciones laborales, la trabajadora social Adriana Mata le informó que no tenía derecho a nada, puesto que su hijo se había suicidado y que además ella tenía que pagar de su bolsillo 20 mil pesos al Hospital Mocel, nosocomio a donde fue llevado su hijo y en el que falleció horas después.

Las Evidencias

Según las versiones de algunos policías que se encontraban en las instalaciones del Agrupamiento el día de los hechos, Palomeque traía su pistola de cargo en la mano derecha y con ésta los amenazó para finalmente darse un tiro en la cabeza.

Las versiones de quienes estaban de turno en el inmueble de San Idelfonso y Argentina, colonia Centro, son contradictorias respecto a la hora, el número de disparos y cómo se desarrollaron los hechos. Así está asentado en las declaraciones ministeriales de los testigos que obra en la averiguación previa 1/241/97-12.

En las conclusiones del estudio víctima-victimario se precisa que el proyectil entró en el área occipital izquierda del cráneo, es decir la parte trasera y baja de la cabeza, con una trayectoria de izquierda a derecha y de abajo hacia arriba, sin orificio de salida.

"Difícilmente podría realizarse en maniobra suicida por la dificultad que representa al tratar de provocarse el disparo en esa región anatómica", asienta el documento.

Asimismo se apunta que lo más probable es que siguiendo la dirección del proyectil, el disparo se realizara a una distancia de 80 centímetros a un metro.

Dos datos más que refuerzan que no se trató de un suicidio es la prueba de Harrison que resultó negativa, mediante la técnica de radizonato de sodio...

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