CRÓNICAS DEL METRO / Separados

Entre los 'coñobuses' y los vagones reservados para mujeres del Metro, no creo que se resuelvan el conflicto de acoso de los que son víctimas las mujeres día con día en las horas pico.

Y es que de nada sirve separar a las chicas porque, desde mi punto de vista, las coloca en una situación de indefensión, como si requirieran ser protegidas.

Y a esto va la historia que una amiga víctima de acoso me contó.

Una atiborrada mañana de miércoles Wendy tomó un vagón de los mixtos cuando un metronauta no pudo resistir dejarle sus dactilares en el glúteo. Grave error.

No porque Wendy le hubiera armado un pancho en el vagón para humillarlo o porque le llamaran a un policía.

Lo que ocurrió, para mi asombro, fue que viajeros se la hicieron de jamón al acosador. ¡Sí!, en lugar de entregarlo a las autoridades un cuate trajeado lo agarró de los pelos cuando Wendy se le quedó viendo sin saber que hacer.

Al parecer ante la indefensión, otros pasajeros optaron por castigar tumultuariamente al agresor, por lo que lo detuvieron...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR