Neurólogo del HU brilla a nivel global

AutorLuis López

El neurólogo del Hospital Universitario Carlos Rodrigo Cámara Lemarroy es considerado uno de los cinco neurólogos menores de 35 años más destacados a nivel mundial por la Academia Americana de Neurología (AAN).

¿El motivo? Sus hallazgos que han dado luz sobre el tratamiento de quienes sufren un infarto cerebral.

El médico, en su último año de residencia, presentó el mes pasado en el congreso de esta academia un estudio en el que descubrió que no es el alto nivel de azúcar, sino la alta variabilidad de éste, lo que predice las consecuencias de un infarto cerebral.

La AAN ofreció a través de una convocatoria cinco premios por calidad de investigación, que incluyeron viaje y estancia pagada en Vancouver, Canadá, sede del congreso, realizado del 15 al 21 de abril, para presentar su estudio.

Cámara fue uno de los cinco seleccionados, junto con colegas de Argentina, Malasia, Países Bajos y Alemania.

NO ES EL NIVEL DE AZÚCAR, SINO SU VARIABILIDAD

Neurólogos a nivel mundial creían que cuanto más alto fuera el nivel de azúcar de un paciente que tuvo un infarto cerebral, peores serían sus consecuencias después de éste, explica el médico de 32 años, originario de la Ciudad de México y con 14 años de vivir en Monterrey.

Sin embargo, tras varios estudios en los que se redujo el nivel de azúcar de los afectados por este mal, añade, esta hipótesis no se pudo probar, lo que lo hizo buscar otra explicación.

"La idea que tuvimos es que a lo mejor no es simplemente el nivel absoluto del azúcar, sino las variaciones", detalla en entrevista.

"Una persona diabética tiene alteraciones no sólo en el azúcar elevada sino en las variaciones, entonces vimos los pacientes y les analizamos qué tanto el azúcar varía y vimos que la variación determinaba cómo le iba a los pacientes con más exactitud que simplemente su nivel".

Para realizar este hallazgo se revisaron mediciones de azúcar de 200 pacientes, tomadas de un total de 600 casos del Hospital Universitario registrados con un infarto cerebral en los últimos cinco años.

Se consideraron sólo 200 casos porque fueron los registros que cumplían con los datos necesarios para incluirlos en el estudio, señala.

Los demás pacientes registrados tenían información incompleta para esta investigación. Algunos, por ejemplo, no tenían múltiples mediciones de azúcar diarias para medir la variación durante el día.

Para medir el infarto cerebral se combinaron dos escalas: una de severidad, que se medía a la llegada del paciente al...

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