NEGRO Y CARGADO / '¡Presente!'

AutorJosé Israel Carranza

Amarga ironía: en tiempos más inocentes, hará algo más de 30 años, la celebración del Día del Estudiante en estas tierras consistía sobre todo en la comisión de ilícitos (saqueo a camiones repartidores de cerveza y refrescos, por ejemplo), y la principal representación del estudiantado la detentaba una organización delincuencial, la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) -que, es sabido, prohijó numerosos especímenes de la fauna política en turno-. En cambio, en los tiempos violentos y ruines que corren, la fecha ha quedado por completo desdibujada, y aquellos bríos se extinguieron del todo. ¿Por suerte? Quizá: ya la sociedad es rehén de tantos males que no hacen falta las balaceras y las transas y los crímenes de que era capaz la FEG.

Pero esta ironía algo querrá decir, también, acerca de la carencia de una participación más viva de los estudiantes en la cosa pública, al margen del pastoreo de que son objeto muchas veces para la conveniencia de ciertos actores necesitados de mostrar músculo. Digámoslo así: que miles de estudiantes de la Universidad de Guadalajara lleguen a engrosar manifestaciones como la del próximo jueves 26 no obedece a una decisión soberana de la masa y de los individuos que la integran. Saldrán a la calle porque eso les han mandado que hagan, o, muy probablemente en muchos casos, porque estarán condicionándoles la calificación a que asistan: se ha visto siempre, y ahora es cuando menos tendría por qué ser distinto. Y porque así conviene al discurso beligerante del rector, es decir, a los intereses de su patrón, el Licenciado, y del grupo que éste comanda, en el desabrido pleito de egos y cuotas que sostienen desde hace rato con el gobernador. Es tan sabido que hace mucho dejó de ser escandaloso, y ya sólo es deprimente.

¿Y los estudiantes, qué pensarán por sí solos al respecto? Tan poco interesan, a fin de cuentas, que ni siquiera se les ocurrió a los dirigentes universitarios aprovechar la efeméride para hacer como que la manifestación cobraba impulso en recuerdo de épocas más épicas, como la que otrora se recordaba cada 23 de mayo: los días en que los estudiantes dieron la batalla decisiva por la autonomía de la Universidad Nacional, a fines de la tercera década del siglo 20.

Pero, bueno, en realidad no era esto de lo que yo quería hablar. El asunto salió porque yo, misteriosamente, siempre tengo presente la fecha, aunque, desde hace mucho, desde el otro lado del salón: al ver a mis...

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