Su negocio: La niñez

AutorRoel Jiménez

Las historias a su mando han sido un éxito entre los niños; estrellas juveniles como Belinda, Christopher Uckermann y Martín Ricca figuran entre sus lanzamientos, y Código F.A.M.A. es semillero de nuevos talentos. Por eso, hay quienes aseguran que Rosy Ocampo tiene el toque del "Rey Midas" en sus manos.

La apariencia frágil y mirada tranquila que identifican a Ocampo distan mucho del carácter emprendedor que la caracteriza y que la convirtió en una de las productoras más destacadas de Televisa Niños, departamento de la televisora creado después de El Diario de Daniela, su primer triunfo en 1999.

"Originalmente el horario de las 16:00 horas tenía 11 ó 9 puntos de rating, en el momento (que se convierte en) infantil, éste se va para arriba y se descubre un mercado ávido de este tipo de productos", explica la productora.

"Del éxito de El Diario de Daniela, Gotita de Amor y Luz Clarita, surge la barra infantil y de ahí Televisa Niños. Una investigación nos dijo que en ese momento el niño termina de comer y mientras su mamá recoge la cocina, tiene un ratito para ver la televisión".

La realizadora señala que el proyecto nace para ofrecer entretenimiento familiar con un mensaje positivo en televisión, radio, cine, internet y medios impresos.

Fue así que la historia protagonizada por la entonces niña Daniela Luján tomó la campaña en contra del maltrato infantil, con líneas telefónicas de ayuda que sirvieron para responder a 2 mil casos denunciados por el público.

También se ideó lanzar los temas musicales del melodrama con tal éxito que, después de mucho pensarlo, se decidió cerrar la historia con un concierto en el Estadio Azteca que puso el broche de oro a la serie de éxitos que tuvieron.

"El lleno del Estadio Azteca les hizo ver (a los ejecutivos) que había un mercado importante", afirmó Ocampo.

"Antes, cuando se pensaba en discos para niños, daban la décima parte de un presupuesto de un disco para adultos. Gracias al éxito, se consiguió que se grabara en estudios de primera calidad con músicos probados".

El dolor de ser madre

Cuando la vida parecía sonreírle en lo profesional, Ocampo pasó uno de los tragos más amargos en lo personal cuando su hijo Santiago, entonces de 3 años, simplemente dejó de hablar.

"Fue de un día para otro. Para mí fue frustrante porque el niño estaba bien", recuerda. "Fuimos a ver especialistas y resultó que sólo necesitaba más atención.

"En ese momento, mi esposo y yo tomamos la determinación de cambiar los roles en el...

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