El nearshoring y la piedra filosofal

Fecha de publicación17 Abril 2024
Jesús Carrillo

Por Jesús Carrillo

Nearshoring es la palabra de moda entre los analistas de la economía mexicana. Como buena moda, para algunos representa algo que, por ordinario, por estar tan a la mano, ya no dice mucho. Sin embargo, en las modas también podemos identificar la necesidad de expresar algo importante para muchas personas.

¿Qué hay de relevante en esta palabra tan en boga? Identifico varios elementos que puedo agrupar en tres hilos que se tejen como una trenza: el agotamiento de la globalización, el retorno de la política industrial en occidente y, pensando en México, la incesante búsqueda de la piedra filosofal.

1. El agotamiento de la globalización

En su libro The Globalization Myth, Shannon O’Neil mostró que el comercio mundial es en buena medida regional y eso modera la idea de que atravesamos un período de hiperglobalización. A pesar de ello, durante la pandemia y en los meses que le siguieron quedó claro que hay algunos enlaces delicados y cruciales para la actividad económica y el comercio en todo el mundo.

Como muestra tenemos la energía y los semiconductores. Entre Estados Unidos, Arabia Saudita y Rusia producen alrededor de una tercera parte de los hidrocarburos que se consumen en todo el mundo. Sin el diseño y la manufactura de chips que ocurren en Corea del Sur y Taiwán, muchas industrias no pueden funcionar.

Al buscar artículos académicos con la palabra nearshoring, me encontré con varios escritos en los años noventa e inicios del siglo que se referían principalmente a una práctica empresarial racional. La moda en esos años era el offshoring, es decir, mover procesos productivos hacia ubicaciones que tuvieran alguna ventaja comparativa, usualmente los costos. Si esa ventaja desaparecía, entonces traer de vuelta –reshoring–, o aquí a la vuelta –nearshoring–, los procesos productivos, era una estrategia razonable.

Pero tras la crisis financiera de 2008 y 2009 se vieron los primeros grandes riesgos de una conexión tan estrecha entre las economías, y conforme pasaron los años –ya conocemos la historia– estos también derivaron en movimientos políticos cada vez más fuertes y cada vez más nacionalistas. La elección de Trump, el Brexit y otros sucesos son ejemplos claros, todos con matices y todos con especificidades que a su vez nos permiten observar lo común en ellos.

En este sentido, la emergencia sanitaria y las crisis en las cadenas de suministro y en el sector energético de los últimos años hicieron más evidente...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR