Del nearshoring a un ISI del Siglo XXI. 2023 a prueba

Fecha de publicación27 Enero 2023

Por Alex Covarrubias V.

Todavía hace unas semanas los pronósticos para la economía y el mercado de trabajo en México eran entre conservadores y sombríos. El signo en contrario lo colocó The Economist para el mundo en diciembre. La economía mexicana lejos de estar entre las peores estaba entre los improbables ganadores del 2022 (The 2022’s Unlikely Winners). Más aún, entre los países de OCDE, México ocupó la posición seis por su desempeño medido en términos de comportamiento del PIB, inflación, su extensión, evolución del mercado de valores, y deuda gubernamental. México fue superado sólo por Grecia, Portugal, Irlanda, Israel y España. Se ubicó pues por encima de las siete economías mayores, de Estados Unidos a Alemania, Japón, Gran Bretaña, Italia, Canadá y Francia. Tomando la variable crecimiento económico, sólo tres de 34 países de OCDE crecieron más que México en el último cuarto del año.

En un mundo convulso, postrado de incertidumbres, y en la verja de una recesión, la evolución de México devino notable. La clave del dinamismo de la economía nacional se llama la deslocalización de las cadenas globales de suministro y el nuevo término que vendrá a regir las estrategias en los portafolios de inversión de los corporativos transnacionales. Nos referimos al “nearshoring”, que significa reagrupación de las cadenas, regreso a casa, cercanía a los mercados, mejor desde las fronteras propias, just in case en lugar de just in time. Son los resultados de la nueva normalidad postpandemia, que no termina de llegar. Que ni se normaliza, ni es post. Es resultado también de otros eventos infaustos, como la guerra comercial China-Estados Unidos, la invasión de Rusia a Ucrania, la inflación provocada, y la crisis de los suministros de microchips generado por la suma de los eventos anteriores. Pero ninguno de ellos cuenta como el nearshoring que –en términos de movimientos de inversión y comportamiento de estrategias y modelos de negocios—los representa a todos ellos.

El tema relevante por entender desde y por América es que cuando los corporativos piensan y deciden en términos de nearshoring, piensan en México. Piensan desde luego en el mercado de Estados Unidos. Pero porque ese mercado sigue siendo la gran presa por conquistar, la vasta frontera con Estados Unidos, la experiencia logística y de intercambios comerciales construidos en décadas, y el marco de reglas de acceso provisto por el T-MEC, hacen de México un territorio...

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