Navegando por el río Nilo

AutorAlonso Vera

Desde el siglo 19 se han utilizado cruceros para surcar los 215 kilómetros entre Asuán y Luxor, las cerezas del pastel egipcio, una región desértica dotada de vida de manera casi milagrosa por la presencia del padre de todos los ríos: el Nilo.

Thomas Cook, también un padre, pero del turismo moderno, introdujo los barcos de vapor en la región.

Clientes asiduos como Agatha Christie y Winston Churchill dieron fama internacional al trayecto. Hoy son más de 300 los cruceros que hacen la ruta todo el año, visitando de paso los templos más emblemáticos de la región de templos más famosa en el mundo.

Para los egipcios antiguos el mundo era un universo de dualidades: la vida y la muerte, el orden y el caos, lo fértil y lo estéril, sostenido en equilibrio por los dioses. Y para mantener este balance les ofrecían templos ubicados en el centro de sus asentamientos.

El templo servía además como centro político y económico, como ayuntamiento, centro médico y escuela.

Comúnmente estaban protegidos por un muro exterior y compuestos por una entrada con su fachada monumental y su avenida de procesiones, así como una columnata cubierta que conducía a la sala hipóstila y el altar, donde se albergaba la estatua del dios tutelar.

Todo esto leía de camino a Asuán, proveniente de El Cairo, en el tren que me llevó a los bancos del Nilo, donde vive el 95 por ciento de los egipcios.

Una gran serpiente plateada

Leí luego que el río más largo del mundo, que nace en el Lago Victoria y cruza Uganda, Etiopía y Sudán antes de atravesar Egipto y desembocar en el Mediterráneo, divide al territorio egipcio en tres regiones: el Bajo Egipto al norte, en el delta, y el Egipto Medio y el Alto Egipto al sur, la zona donde las culturas egipcias y africanas coinciden.

Fue el rey Menes el primer faraón, y quien unió al Alto y Bajo Egipto en el 2925 a.C., antes de ser destripado por un hipopótamo.

Descendí del tren que me trajo durante la noche desde El Cairo, y me encontré con la ciudad más meridional de Egipto, fundada en el Imperio Antiguo como una guarnición militar.

Asuán es un sitio sereno, en la zona más hermosa del Nilo. Repleta de islas y rocas, fue erigida separada del desierto tan sólo por un borde de palmeras.

Siglos antes de que los fenicios aprendieran a izar velas, los nubios zigzagueaban el río de arriba para abajo en sus falúas, barcos de velas blancas que son una alternativa para que los cruceros naveguen a la ciudad de Luxor. Pude conocer al capitán Jamaica, un...

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