Naturaleza, luz y diseño

AutorAlejandra A. Reyes

Cuando Miguel Ángel Aragonés visitó por vez primera el terreno donde diseñaría el hotel Encanto de Acapulco, notó que desde el nivel del suelo no se alcanzaba a ver el mar. Por esta razón decidió crear una estructura que elevara el inmueble y proporcionara panorámicas hacia la bahía.

Ahora, esta obra se apoya sobre columnas que funcionan como "patas", las cuales permiten escalonar los espacios para generar terrazas. De esta forma, la vista de las habitaciones se volcó hacia el mar y, a través de un muro ciego, se dio la espalda a la parte selvática del lugar para crear las circulaciones de servicio.

"Para mí era fundamental que el espacio se percibiera como una casa, como un lugar totalmente íntimo, y que en los cuartos el único contacto visual fuera el mar y el cielo. Algunas habitaciones tienen un concepto más retraído y una alberca privada", explicó Aragonés.

Así, 44 dormitorios componen la propuesta, y entre los servicios sobresalen una sala de cine y un área para biblioteca, que funciona como uno de los ejes compositivos.

En el conjunto se utilizaron materiales como concreto, mármol travertino y vidrio, que aporta detalles modernos. Asimismo, la presencia del agua se volvió fundamental, por lo que se creó una piscina que en ciertos puntos se une visualmente con el mar.

JUEGO CROMÁTICO

Una característica distintiva de esta obra es la iluminación que acompaña el exterior y cambia de color. Una serie de reflectores apunta a los...

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