Como narrar el desarrollo de la filosofia de la ciencia en el siglo XX. Respuesta a Alejandro Cassini.

AutorMoulines, C. Ulises

En el artículo de Alejandro Cassini, "Sobre la historia de la filosofía de la ciencia. A propósito de un libro de C. Ulises Moulines", pueden distinguirse claramente dos partes. La primera es un extenso análisis crítico de mi libro El desarrollo moderno de la filosofía de la ciencia (1890-2000); la segunda, más breve, está contenida en la sección 6 (la última) de su artículo, y en ella el profesor Cassini esboza algunas maneras alternativas posibles de construir un relato sobre el desarrollo de la filosofía de la ciencia. Dado que esta última parte tiene el carácter de un esbozo y es, de hecho, independiente de lo que expongo en mi libro, no me extenderé sobre ella, aunque al final haré algunas breves observaciones al respecto. Lo que más me interesa aquí es responder a las críticas por así decir inmanentes que me hace Cassini y que se refieren a las supuestas lagunas o insuficiencias de mi exposición.

Cassini resume adecuadamente los aspectos esenciales de mi relato historiográfico y hace una serie de observaciones interesantes, a las que me complace tener la oportunidad de responder. Con algunas de ellas estoy plenamente de acuerdo, con otras lo estoy a medias y con otras, en fin, no lo estoy en absoluto. Supongo que el propio Cassini no esperaba otra cosa. El mismo lo da a entender:

Sería [...] ingenuo pensar que existe un relato correcto o privilegiado de la historia. Hay siempre varios relatos diferentes compatibles con toda la información disponible en un momento dado, del mismo modo que hay muchas teorías posibles capaces de acomodar toda la evidencia conocida. Además, las diferencias de selección, valoración e interpretación se reflejarán inevitablemente en narrativas diferentes, aunque no necesariamente incompatibles entre sí. Puedo suscribir cada una de las palabras de esta cita. En efecto, si sabemos por la historia general que un mismo evento o proceso histórico (pongamos por caso, la Segunda Guerra Mundial) se puede interpretar de maneras diferentes, algunas claramente compatibles entre sí, otras menos, pero todas ellas más o menos verosímiles respecto de los datos disponibles, ello también vale para la historia de las ideas, y más particularmente aún para la historia de la filosofía de la ciencia, una historia que, por cierto, está aún en gran medida por escribir, como el propio Cassini advierte. Si es válida la Tesis de la Subdeterminación de la Teoría por la Experiencia en el caso de la Física y otras ciencias naturales, tanto más válida será aún lo que podríamos denominar la "Tesis de la Subdeterminación de la Historiografía por la Historia". Respecto de una misma serie de eventos históricos, un historiador enfatizará unos aspectos y otro historiador otros, según ciertos baremos distintos, respectivamente adoptados por uno y otro, para valorar lo que cada uno considera lo más esencial o "más profundo". Esto es perfectamente legítimo. En cambio, no lo sería un relato que deformara o simplificara el material histórico hasta tal punto que resultara irreconocible o inverosímil. Para seguir con el ejemplo de la Segunda Guerra Mundial, es legítimo que un determinado historiador ponga el énfasis en los aspectos geopolíticos (rivalidad por el dominio de Europa y del Pacífico), y otro lo haga en los ideológicos (fascismo contra comunismo y democracia). Pero lo que sería claramente inaceptable es, pongamos por caso, que alguien le atribuyera toda la responsabilidad de la Segunda Guerra Mundial a Neville Chamberlain, o bien ignorara la destrucción masiva de las ciudades alemanas por los Aliados. En otras palabras, hay ciertos límites a la flexibilidad inherente a la "subdeterminación".

Pues bien, dado que Cassini y yo parecemos estar perfectamente de acuerdo sobre esta "Tesis de la Subdeterminación de la Historiografía por la Historia", me es más difícil comprender la base de algunas de las críticas que me hace, las cuales justamente parecen contradecir la tesis mencionada. Es decir, no me queda claro en muchos casos si las divergencias que muestra Cassini respecto de mi relato pertenecen a la primera categoría de las ejemplificadas arriba (divergencias de énfasis, sobre las cuales no cabe sino tomar una actitud de tolerancia) o bien a la segunda (interpretación muy inverosímil o negligencia de elementos esenciales, lo cual el historiador criticado, en el presente caso yo mismo, sí debería tomar muy en serio). Por si acaso, trataré de acotar lo mejor posible el ámbito de nuestras divergencias para tratar de determinar su naturaleza.

Para empezar, quizás no sea ocioso recordar dos características de mi libro que son manifiestas para cualquier lector y que reducen la pertinencia de algunas críticas que me hace Cassini. La primera característica es que, como explico en el prólogo, mi texto está dirigido fundamentalmente no a especialistas en filosofía de la ciencia, sino a un público no especializado (lectores de los que sólo presupongo un...

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