De la narración a la transgresión

AutorVirginia Bautista

La recreación en las artes plásticas de la Independencia de México, de los héroes que la hicieron posible y de los símbolos patrios que adoptó desde entonces la nueva nación ha pasado de la narración y la alegoría a la transgresión y la desmitificación.

A 190 años de su inicio, el 16 de septiembre de 1810, celebrado el sábado pasado, el movimiento libertario sigue siendo un tema de interés para los artistas mexicanos contemporáneos, "aunque no fundamental en su obra", quienes lo abordan con un sentido crítico e irreverente.

"Creo que para la mayoría de los creadores de hoy son símbolos caducos, con los que ya no se identifican; pero que continúan siendo vigentes cuando desean manifestar su posición ante la mexicanidad, la Patria o la identidad", afirma Edgardo Ganado Kim.

El especialista en arte contemporáneo mexicano comenta que el caso de los héroes independentistas, como Hidalgo, Morelos o Guerrero, no es para nada similar al del caudillo revolucionario Emiliano Zapata, quien sigue vivo en el imaginario colectivo de los creadores.

"Se abordan poco, al igual que el movimiento de Independencia, pero hay obras significativas al respecto que vale la pena destacar".

Explica que han sido sobre todo los símbolos patrios, la bandera, el águila y la serpiente, los elementos que han retomado autores como Nahum Zenil, Franco Aceves, Enrique Guzmán y Francis Alys; además de Francisco Toledo en su serie Lo que el viento a Juárez, "que más que una visión crítica es una lectura del héroe liberal".

"Recuerdo una obra de Aceves en la que representa al Pípila -el defensor de la Alhóndiga de Granaditas, quien se colocó una piedra en la espalda para realizar una acción de guerra- como un equilibrista de circo, en la cuerda floja, y haciendo malabares con la piedra".

El también curador describe tres piezas importantes en el arte contemporáneo mexicano que tocan el emblema nacional: un video de Francis Alys, en el que un cordero da vueltas al asta bandera de la Plaza de la Constitución, y a cada una de las vueltas se agrega otro borrego: "Es una idea crítica de un espacio público que legitima el poder y retoma al mismo tiempo los símbolos patrios".

Menciona que Zenil realizó hace 10 años las obras Madre Patria y Padre Patrio: "En la primera, de enmedio de la bandera nacional rota emerge una vagina. Y en la segunda aparecen unos genitales en lugar del águila y la serpiente".

Ganado Kim cita por último a Oh, Santa Bandera, que realizó Enrique Guzmán en 1976, en...

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